Los días posteriores a la boda, fueron maravillosos. Tanto yo como el resto, nos esforzamos en hacer que lo que quedase de vida para Nina, fuese todo lo perfecto posible, paseos, bailes, cenas, cine, fiestas, ... todo querían que ella fuese feliz, pero nadie lo quería más que yo.
La última noche que pasé con Nina fuera de un hospital, fue perfecta. Fuimos al cine y luego a cenar a nuestro restauran, aquel donde le pedí que se casase conmigo. Cenamos, charlamos y reímos sin preocuparnos por nada. En ese momento, solo existíamos ella y yo. Nadie más, en ese momento, nada más importaba, solo importaba el echo de que estaba con la persona que más amaba en el mundo delante de mi.
La cena duró hasta bien entrada la madruga, tanto que nos acabaron echando del restaurante porque tenían que cenar. Fuimos a la playa de noche, Nina siempre dijo que le gustaría pasear por la playa y mirar las estrellas y como tantos otros deseos suyo que cumplí, ese no fue excepción. Paseamos, miramos al cielo, metimos los pies en la tibia agua del mar y reímos, reímos como nunca antes lo habíamos hecho. La besé, fue un beso único que me hizo sentir como si de un sueño se tratase, un sueño del que no quería despertar porque todo era perfecto.
Nos fuimos a casa cuando la luna empezaba a desaparecer y el cielo empezaba a clarear. Nos metimos en la cama aun con la ropa de esa noche y abrazadas, dormimos, sin saber que esa sería la última vez que dormiríamos juntas en nuestra cama. Esa misma tarde, cuando me levanté, Nina dijo que se sentía mal, aun así no quería ir al hospital ya que no pensaba que fuese nada, pero tiempo después, mientras yo estaba en la cocina, escuché un ruido que venía del saló, fui corriendo y me encontré a Nina en e suelo inconsciente. La levanté rápidamente, a metí en el coche y a una velocidad imprudente, la llevé al hospital. Allí, se la llevaron, le hicieron pruebas, Nina había tenido otra recaída que le había causado otro colapso pulmonar. Eso había sido hacía diez días, diez días en los que no me había separado de Nina ni un minuto porque aunque no lo quisiese admitir, muy en el fondo, sabía que aunque habíamos entrado dos personas a ese hospital, solo yo me iba a a machar andando.
Cada día que pasaba, Nina empeoraba, ahora estaba durmiendo porque desde que la ingresaron, se pasaba la gran parte del día durmiendo. Había visitas, pero yo rara vez les prestaba atención. La puerta se abrió y dejó ver al médico que me hizo señas para que saliese al pasillo. Miré a Nina, aun dormí y silenciosamente, salí cerrando la puerta tras de mi.
-Tenemos los resultados de las últimas pruebas que le hicimos a Nina -dijo el doctor-, y me temo que no son buenas noticias.
-¿Qué pasa? -pregunté con el ceño fruncido.
Él soltó un suspiro cargado de tristeza e impotencia.
-Los estudios muestran una nueva anomalía en los pulmones de Nina causada por el avanzado cáncer que sufre -tomó aire-, me temo que sus pulmones no podrán seguir funcionando por si mismos durante mucho más tiempo.
-¿Cuánto? -pregunté mirando al suelo.
-No es posible decirlo con certeza ....
-¿Cuánto tiempo le queda? - lo interrumpí.
-Ni yo ni el resto de especialistas con los que he hablado, creemos que pase del fin de semana.
Estábamos a viernes por la mañana, me quedé en shock.
-Me gustaría decirte que podemos retrasar lo inevitable, pero me temo que por mucha mediación que le demos, su cuerpo seguirá igual, ella está en un estado muy avanzado.
Yo seguía mirando al suelo sin decir nada.
-Lo siento -dijo agarrándome del hombro expresando su compasión.
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Nada es para siempre
Teen Fiction¿Qué pasaría si conoces a una persona y resultar ser aquella que te acepta con todos tus defectos? ¿ Y si no no le queda mucho tiempo ? ¿Y si no pudieses salvarla? ¿Y si no pudieses hacer nada más que estar con ella hasta el final? Es difícil acepta...