Capítulo 9

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Me había besado con Derrick, aún no me creía lo que había pasado, ese beso me quito el sueño, apenas había pegado ojo, y tenía menos ganas de levantarme que nunca, estaba realmente cansada, muerta del sueño vamos que no se aún como estaba mi celebro con ganas de pensar en tales cosas.

A duras penas salí de la cama y me fui a dar una ducha, realmente la necesitaba y no por que oliera mal, sino para despertar de una ver por todas.

Llegue a la frutería y vi a Derrick con Alexia en sus brazos, por ningún lado había rastro de Liza, ¿Estaría aún con Jack?

- ¿No vas a pasar?

- Buenos días Derrick.

- Buenos días Dafne.

- ¿Te ayudo?

- Si me echas una mano con la niña, no me vendría mal, sinceramente.

- Claro, dame a la pequeña.

Me paso a la niña y se puso a ordenar la frutería, parecía que no estuviera yo.

- ¿Como estás? -Rompí el silencio.

- Esta mañana a las siete menos veinte de la mañana apareció Lisa, mi mujer, bueno ya no, decidí dejarla, entre lo que hizo y lo que hice yo no podía seguir con mi matrimonio.

- Lo siento mucho.

- No tienes que disculparte, tu no has echo nada malo.

Esas palabras hizo que me sintiera más culpable aún de lo que ya me sentía.

- ¡Dafne!

- Dime Derrick.

- ¿Quisieras salir conmigo otra vez?

- ¿Hoy?

- Bueno hoy o mañana, si tienes algún compromiso hoy, se puede dejar para mañana.

- No tengo compromisos, puedo salir hoy.

- Perfecto.

8 días después viendonos todos los día, y quedar casi todos para salir, habíamos quedado en mi casa, vendría él con sus padres y por supuesto con su hija, quería hablar con mis padres, no me había pedido salir, sólo había un par de besos y quería formalizarlo de está manera tan atosigadora.

Estaba de los nervios, en mis manos ya casi no había uñas, después de está noche tendría que ir a que me hicieran la manicura si o si, por que yo soy incapaz de arreglarme este desastre que me estoy liando.

Sonó el timbre y los nervios invadieron mi cuerpo, el corazón se saldría por la boca de un momento a otro, lo sentía así.

Se presentaron todos antes que yo pudiera llegar hacia la entrada.

- Ella es Dafne, -me señaló- ellos son mis padres, Demofilo y Dolores. -Señalo a sus  padres.

- Encantada, ellos son Jorge y Lucía. -Dije sin pensar y mis mejillas se tomaron de un rojizo al darme cuenta que los presenté cuando ya sabía yo que se habían presentado sólo ¡Tierra tragame!

- Has durado tanto que me contó hasta cuando llevabas pañales. -Bromeó y se echo s reír.- Estas muy mona con ese tono en las mejillas, -me echo un último vistazo y volvió la cara a su padre para luego mirar al mío.- Quiero hablar con usted de su hija.

- Vamos al salón y hablamos. -Respondió mi padre que me miro y sonrió antes de desaparecer de mi vista.

- Dolores si quieres acompañarnos a mi hija y a mi a la cocina estamos terminando la cena.

Enamorada De Quien No DeboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora