|| Cap 8 ||

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-Joder, Dazai, ¿podrías callarte ya?- la voz de mi superior salió por detrás de mí.
El castaño le miró -Ah, hola, Chuuya, no te había visto- y por lo bajo añadió -es que eres tan bajo..-
-¡Te he oído, maldito bastardo!- carraspeó un poco -¿qué es lo que quieres? ¿Para qué vinisteis?-.
Dazai pasó su peso de una pierna a la otra. Le envió una mirada audaz.

-Solo nos gustaría ver qué tan buena es Jinsei-.

Atsushi susurró después de un rato de silencio -Dazai-san...¿qué está haciendo..?-.
El pelirrojo ya no podía más. Caminó hasta estar cara a cara con el peli castaño y se cruzó de brazos. -No más jueguecitos, Dazai idiota. Dime la razón de por qué viniste aquí. Y por qué a por Jinsei-. Hizo un ligero movimiento con la cabeza para señalarme. Paré mi poder porque la escena se estaba convirtiendo en algo cómico, y seguir usando la energía que tenía para no hacer literalmente nada me parecía algo estúpido.
Retrocedí de algunos pasos y miré a los dos hombres discutir y al adolescente que les miraba confundido.

Después de lo que me pareció un cuarto de hora decidí dar pasos tontos por aquí y allá, paseando lentamente en círculos y no pensando a nada en especial pero siempre mirando de reojo al trío si Chuuya-san pudiese necesitar ayuda, aunque no lo parecía, estaba demasiado acalorado gritando al otro señor.

Pero lo que no sabía es que el señor Dazai se estaba haciendo el tontete porque al tocarle neutralicé su propio poder.

-Y...hehe, ¿dices que a Mori-san todavía le gustan las niñas? Esto tiene pinta de pedofilia-.
Chuuya esbozó una pequeña sonrisa -Ya, se le puede escuchar todos los días "Elise-chan ponte esto, Elise-chan ponte aquello" y la pobre chica escapando-.
-No ha cambiado...- Osamu miró a su alrededor poniéndose de puntillas y de talones, de puntillas y de talones, haciendo como un pequeño baile -jeje, bueno, si no hay nada más que hacer, Atsushi y yo volvemos, seguro que Kunikida-san nos está buscando. ¡Hasta la próxima!-. Dándose la vuelta y apoyando una mano sobre el hombro del chico parado ahí, todavía tratando de unir las piezas del rompecabezas, empezó a caminar lentamente antes de agacharse y esquivar una patada del hombre más bajo. Sin dejar de caminar, dijo sonriendo -Te conozco lo suficiente como para descuidarme de esto. Ah y Jinsei- se paró y dijo sin mirar atrás -nos vemos-.

Atsushi Nakajima x lectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora