Capítulo 10. Cerca del sol

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Logre que Daniel se mantuviera en el hospital por un largo tiempo, estando seguro de que su silencio sería permanente por un tiempo.

Nadie debía saber que había recobrado mis recuerdos, ya que estoy casi seguro de que si lo supieran volvería a ser una amenaza y eso haría que me volviera naturalmente volátil, intenté hacer una vida normal, aparentar ser normal por mucho tiempo, tal vez intentar ser una persona diferente a lo que era antes, pero los días transcurrían lentamente y la presencia de mi vacío se hacía más grande, recordaba las muchas fechorías que cometí, sin arrepentirme sin siquiera un poco, mi descenso a la locura que había sido expandido en cada uno de mis actos y la manipulación de todos como si hubieran sido muñecos, pero no me arrepentía de nada debido a que sabía que fueron los únicos medios posibles que tenía en ese momento.

Durante los últimos 2 años intenté lograr encontrar el cuerpo de Eliza, viaje a distintos puntos del tiempo, intenté asimismo recobrar lo que fueron mis compañeros en algún tiempo. Pero, a ninguno de ellos lo logre encontrar con excepción de Eliza, descubrí que mantenían su cuerpo bajo llave como si fuera un hallazgo científico de lo más moderno, guardada en un cristal lleno de resina se veía sumamente hermosa, ya que el significado que tenía con ella significaba mucho más que cualquier línea temporal que pudo haber para ambos.

Pero, no todo fue hermoso y lindo durante los últimos dos años, fui despojado de mi cargo de forma temporal, ya que descubrieron que abrí los laboratorios y por lo tanto estaré en juicio el día de mañana por estas sospechas, sé que no podré salir ileso del juicio, pero esta vez tenía un único plan que sabía que funcionaría a la perfección, no esperaba menos de mi claramente.

El día del juicio había llegado, estábamos en la suprema corte para casos como los míos y comenzaron a hacerme mi interrogatorio el androide encargado del caso.

–Señor Tyler, usted está acusado de abrir los laboratorios con fines poco ortodoxos y que no ayudarían a ninguno de sus casos, es acusado del destrozo de H.E.L.L, el asesinato de los agentes Agatha y Marvin, asimismo eres acusado de falta de lealtad debido a qué hay registros contundentes de que fuiste miembro de H.E.L.L, siendo uno de los mejores en su trabajo se le concederá el derecho de la palabra en este caso— finalizó el androide.

– Ciertamente cometí cada uno de esos actos, no tengo molestias en admitirlo. Sin embargo hay razones de fondo, los sujetos del sistema superior me obligaron a hacerlo, así mismo estaban haciendo negocios con H.E.L.L en los cuales yo intervine para que ellos pudiesen lavarse las manos de mi supuesto acto criminal, realmente no espero salir ileso de aquí, pero quisiera a hundir mas gente conmigo. Además de que los señores con los puestos más altos que se sientan allá arriba sintiéndose superiores a todos, hicieron que me quedara en coma por un largo tiempo, probablemente no admitan su culpa, pero déjenme decirles qué hay evidencias contundentes. Es decir su reducción de edad es muy evidente, la mía fue por una falla que ustedes mismos provocaron, por que todo este tiempo sabían que si era un verdadero éxito, Eliza se llevaría todo el crédito, dejándolos de lado y no pudiéndose llevar el dinero que tanto anhelaban, si eran todo lo que querían simplemente pudieron habérselo llevado todo menos a ella; su forma de gobierno ni siquiera es la correcta y todo este tiempo solo nos proporcionan libertad a migajas viendo cada uno de nuestros fracasos y riéndose entre ustedes, hicieron que todos murieran menos yo y viendo que no se pudieron deshacer de mi, intentaron buscar la forma de hacerlo, contratando a gente que solo pudo dejarme en coma, lo mismo pasó con Daniel, una vez que se enteró de la verdad en el hospital hicieron que quisiese destruirme, pero el chico fue mucho más listo que busco por su propia cuenta, en los papeles que se les dará podrán ver sus pecados y veamos quien sale mas limpio de aquí. — Finalice haciendo una sonrisa de lado, ligeramente disimulada.

Había acabado el juicio, se pensó por medio de una cámara de personas llenas de sentido de justicia que esas personas a las cuales se les favorecía por parecer que crearon la utopía perfecta, fueron llevados a la incubadora dispuestos a sufrir la tortura de por vida por la deslealtad, mi caso salió casi impecable, tenía que pasar por pruebas de observación de comportamiento por dos meses, pero había salido relativamente limpio, pronto el día de mi juicio final estaba llegando y no sabía exactamente qué hacer  para lograr una forma correcta de morir, el sentido que le daba a mi vida a causa de todo lo que viví y quien era se había perdido hace 235 años a causa de mis errores.

El tiempo perdido no lo podía recuperar, la vida de Eliza desapareció hace mucho al igual que la vida de mis compañeros, a pesar de que podía regresar el tiempo, su existencia en otro punto de este hacía que fuera casi imposible viajar sin dejar de hacer que existiera la utopía que actualmente teníamos, además de que estoy seguro de que Eliza moriría de forma normal pasando sus años límites de vida.

Durante las tres ultimas semanas me la pase visitando a Daniel, hasta que finalmente despertó.
– Todo lo que me mantenía vivo a desaparecido y es por eso que he decidido qué tal vez lo mejor sea perecer el día de hoy, quería despedirme adecuadamente Daniel, ya que a causa de los errores que cometí ese día perdiste a lo único que quedaba y es lo mínimo que te mereces— sonreí mirándole mientras le dejaba unos papeles

–Realmente mi hermana corría sus propios riesgos, tenía la vaga idea de que algo así existiría y pasaría, por ello había dejado los planos en mi cabeza, al enterarme de que ella había muerto por poco los olvido; pero me tomé la molestia de traspasarlos a hojas en limpio, realmente no hiciste nada malo ya que todo estaba adecuado y justificado— me dedico una sonrisa mientras me entregaba los planos en mis manos.

Sabía que me iría, rotundamente lo sabía pero a pesar de eso seguía siendo tan amable que casi caigo en las emociones que creí haber eliminado, me retiré del lugar cantando mi canción favorita con mis audífonos en mis oídos, subí a la nave y me dirigí hacia el sol mas cercano, mientras mas me acercaba podía sentir que todo estaba a punto de acabar, las comisarías me estaban persiguiendo ya que se suponía que no podía salir de mi lugar de restricción, amenazándome sin saber siquiera que ellos eran los que realmente corrían riesgos intentando evitar que lo hiciera.

Hice que la nave fuera lo más rápido posible hacia mi lugar de despedida, el sol estaba calentándome hasta el punto en que solo sentía como el calor estaba quemando mi cuerpo y me reducía a cenizas lentamente, naturalmente mi proceso de quemarme era más lento debido a que el tiempo alteró mi estructura física, me estaba convirtiendo en polvo de estrella al igual que mis compañeros.

–Pronto te acompañare Eliza y espero que me perdones—sonreía mientras lo ultimo que sobraba de mi era incinerado al igual que mi nave hacía una explosión orbital, no del tamaño del Big Bang pero hizo que parte de nuestro pequeño sistema solar desapareciera al igual que lo que alguna vez hice ahí.

Recuerdos cercanos al solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora