Nunca lo pensé

Capítulo III- Conversación extraña

Draco

Deje de seguir a Potter y me pregunté a mí mismo el porque le había seguido. No tenía sentido! Que hacía el apuesto, astuto, inteligente descendiente de los Malfoy siguiendo a un idiota como Harry Potter. La verdad ni yo lo sabía. Había sido... como un impulso... de protegerle? Cuando estaba dirigiéndome de nuevo al Gran Comedor mi poca fuerza de voluntad me falló y comenzé a correr hacia la sala común de Gryffindor hacia Potter.

Cuando estaba apunto de llegar a la puerta escuché un ruido y me escondí detrás de una pared temiendo que alguien me viera. Miré disimuladamente a la puerta de Gryffindor y adivinen que?
Salió Potter con lágrimas llorando silenciosamente. Por mi orgullo Malfoy debería de haberme reido de él. Pero mis instintos me decían que lo consolaba. Sentía mucha lástima por él. Si señores el niño que vivió mostrándose débil. El mismo que todo el mundo se pensaba que no podía llorar que era muy fuerte. Cuando salí de el trance me di cuenta de que Potter se acercaba por dónde estaba. Yo entré en pánico al verlo acercarse. Intenté buscar un lugar para esconderme pero ya era demasiado tarde. El león me había visto. Al verme rápidamente se limpió las lágrimas y me dijo:
-Que haces por aquí Malfoy? Estos son los pasillos de Gryffindor por si no te diste cuenta. - Preguntó encuriosido.
-Em p-pues... Yo es-estaba...-Estaba medio tartamuendo ya que no sabia que inventarme, pero se me iluminó la cabeza- Estaba buscando a la Sang-Granger para preguntarle sobre un libro- Dije aliviado.
-Un libro?- Potter me miraba con el ceño fruncido como no acabándose de creer lo que había dicho.
A mi ya se me había ido la inseguridad, pero me lamentaba a mí mismo por haber tartamudeado delante de él. Pero bueno cosas que pasan.
-Si. Que pasa San Potter? No eres el centro de la tierra. ¿Te crees que he venido por tí?- le dije vacilando como siempre con una sonrisa divertida.
Mientras tanto él me devolvió la sonrisa. Y se acercaba cada vez más a mí. A mí eso me puso nervioso. Ver esos ojos verdes dirigiéndome una mirada seductora me volvía loco. Y noté como inconscientemente me subían los colores en las mejillas. Y se acercaba más y más. Al punto que llegué a notar su respiración muy cerca. Mil preguntas pasaban por mi cabeza. ¿San Potter me iba a besar? ¿Él era gay? ¿Me está haciendo una broma? ¿Había notado que me sonrojé? ¿Desde cuando no me odia y me mira de esa forma? ¿Le iba yo a corresponder? Derrepente Potter se alejó. Y me dijó.
-Que raro que no nos estemos peleando no?
-Lo sé Potter, pero que sepas que no durará mucho.- Dije vacilón. Nuestra conversación fué detenida por la voz de la profesora McGonagal.
-¿Potter?, ¿Malfoy? ¿Qué está pasando aquí? Falta media hora para que acabe la primera clase. Se la estan saltando.
-Pociones!-dijimos al unísono. Que cruzamos miradas y me encontré con esos ojos verdes, nunca me fijé en lo hermosos que eran, me perdía en ellos, era com un bosque bonito al que todo el mundo querría visitar. Rápidamente identifiqué su mirada asustadiza. Seguramente por imaginar la cara de Snape al ver que su alumno favorito y su alumno más odiado faltaban en su clase. Estuvimos unos segundos mirándonos a los ojos. Salí del trance al ver la cara de Potter sonrojada apartar la mirada. Nose por qué me gustó ver esa cara sonrojada. Quería verla más veces. Que solo me la dirigiera a mí y solo a mí. McGonagal hizo que se me expulsarán esos pensamientos diciendo.
-¿Y ahora? ¿Que hacéis aquí quietos mirándoos? No tenéis clase?- dijo con su cara estricta. Rápidamente y sin decir ni una palabra salimos corriendo a las oscuras mazmorras. Se nos esperaba una buena...

Harry

-Hey, chicos después hablamos, voy al baño, nos vemos en clase de pociones.

Había salido con las miradas de Ron i Hermione a mí espalda, del comedor, necesitaba desahogarme de los pensamientos de que, nunca encontraría el amor, si lo encontraba solo me querría por la fama, ¿y si mis amigos también solo me quieren por eso? Fuí rápidamente a la sala común de Griffyndor intentando no derramar lágrimas.
-Sorbete de sandía!- dije a punto de derrumbarme. La Señora Gorda me miró mal al ver las ansías que tenia de entrar. Se apartó y apenas había llegado a mi habitación cuando lágrimas empezaron a derramarse por mis mejillas. No podía evitar toda la presión que tenia con:  que nadie me cree con que ha vuelto Voldemort, mis tios muggles, los amigos (que no sabia si lo eran por interés) etc...
Miré la hora, creí que ya tenía que ir yendo a la clase de pociones. Así que suspiré y salí hacia el nombrado sitio. Noté como si alguien me estuviera observando pero no le dí importancia.

Derrepente me encontré con ni nada más ni nada menos que Malfoy. En serio! Entré un poco en pánico al pensar que me hubiera visto llorar pero lo logré maquillar bastante bien a mí parecer. Tuvimos una conversación extraña donde el tartamudeó un poco y eso era entrañable. Miré esos ojos plata, con esa sonrisa que por primera vez no era de odio. Esos labios tan bien perfilados. Nunca me había fijado en lo atractivo que podía llegar a ser ese hurón. Como si de un imán se tratase comenzé a acercarme hasta escuchar la respiración de este. No tenía ni la más remota idea de lo que hacía. Solo se dejaba llevar.Ví ese sonrojo por parte de él. Me volvió loco. Era adorable ver esa faceta suya. Cuando me dí cuenta de lo que estaba haciendo me aparté avergonzado y hicé como si nada hubiera pasado. Nuestra charla fué interrumpida con la voz de la profesora McGonagal. Y nos hizo recordar que estábamos saltandonos clase. Yo no me lo creía. Pasó todo tan rápido... Después de decir lo lismo los dos nos miramos. Esos ojos de verdad que me traían loco. No sabía lo que me pasaba pero ese trance en que estuvimos mirándonos segundos, que para mí parecieron horas debo admitir que me encantó. Sin decir ni una palabra nos dirigimos a la clase de Snape.

🐍🐍🐍🐍🐍🐍🐍🐍🐍🐍🐍🐍🐍🐍🦁🦁🦁🦁🦁🦁🦁🦁🦁🦁🦁🦁🦁🦁

~Marina~