She is gone but she used to be mine [Romanogers]

Last Dance.

Advertencia: Este capítulo contiene spoilers de endgame, si haz visto la película puedes proceder y si no, la lectura queda en tu conciencia.

Nota de Autora: Espero lo disfruten.

En memoria de Natasha Romanoff.

5 años...

5 años... algo tan irreal, pensar que la esperanza en el mundo se había esfumado y que sólo ella parecía mantener ese estado de fuerza al margen.

Todos tienen un punto de quiebre y pensar en lo qué pasó seguía afectándola como a cualquier otra persona que había perdido a sus seres queridos por culpa del titán. Natasha Romanoff había pasado los últimos 5 años pensando en ellos, pensando en alguna solución o incluso si no la hallaba se tomaba el tiempo para ayudar lo más que podía a cualquier situación que ocurriese en la tierra.

5 años...

No estaba sola, de aquello no se podía discutir, si lo hubiese perdido a él quizás ella no mantendría tanto los estribos.

De alguna forma Steve Rogers era un recordatorio de seguir adelante constantemente, incluso cuando estaba en su punto de quiebre ella siempre trataría de mostrarse fuerte para mantener una luz en la oscuridad. Su pasado podía llegar a atormentarla pero saber que tenía una familia que la aceptaba lo hacía olvidarlo, ella estaba segura de que no los merecía a ninguno de los que se habían ido o los que quedaban.

Ella estaba muy equivocada.

Clint... su mejor amigo se había convertido en alguien completamente distinto, era un asesino ahora, le recordaba a ella misma y lo lamentaba. Su culpabilidad era evidente, sabía porque Barton había ido por ese camino y es que tenía que ver con la desaparición de absolutamente toda su familia.

Muchas veces termino frustrada al no encontrar una solución o no llegar a tiempo para poder encontrar a su mejor amigo... sólo restos de cuerpos. En 5 años ella sabía que no debía darle falsas esperanzas a Clint.

Ahora su trabajo era mantener a Steve estable, junto con ella.

Ambos tenían algo... el amor en medio del caos era algo difícil de explicar pero solo ellos se podían entender con tan sólo una mirada, 8 años a su lado fueron los suficientes para tomar la decisión de seguir su vida junto al centinela de la libertad. El sabía muchas veces que ocultaba su dolor y fingía estar bien sólo para darle credibilidad a las posibilidades o para mantener la esperanza entre ellos de que algún día el sol vuelva a brillar entre la oscuridad que el dolor dejo desde hace 5 años.

Así que, allí estaba otra vez buscando una salida, buscando una solución al problema, claramente al no encontrarla termino por ponerse sus zapatillas de Ballet.

Había vuelto a bailar, de alguna forma su relación con la danza era como de amor-odio. Conocía muy bien que se le daba de maravilla bailar pero dejo de hacerlo porque era una representación básica a su pasado... donde claramente no quería tocar pero al llevar tanta frustración encima tenía que desquitarse con algo y golpear un saco sin parar no servía. Termino de colocarse sus zapatillas y reprodujo en el celular una melodía, era aleatoria pero fue tan cliché escuchar la banda sonora del lago de los cisnes.

La pelirroja bailaba con precisión, parándose de puntas y levantando la pierna en un movimiento elegante, al igual que daba vueltas. Incluso en esas vueltas se relajo cerrando sus ojos y dejándose llevar por la melodía del piano.

Ni siquiera tenía la menor idea de que él la estuviera mirando y es que cuando se concentraba completamente en la danza solo trataba de disfrutarla para olvidarse de todo... incluso de donde aprendió todo aquello.