n i n e

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Cuando se conocieron, el alfa no había tardado mucho en darse cuenta que JiMin era una persona que no ocultaba sus sentimientos y acciones con mucha frecuencia.

Si quería un abrazo solo lo buscaba o lo pedía con ojitos brillosos. Si era un beso se paraba de puntitas y hacía su boca un piquito para que le diera lo que pedía. Si quería mimarlo, se sentaba en sus piernas y colocaba la cabeza de Yoon en su pecho mientras le acariciaba el cabello.

Tampoco se quejaba, a muchos les parecía de desagrado que los alfas dejaran su naturaleza dominante de lado. Pero a él le encantaba que su niño le tratara como un bebé.

No invierten roles porque el alfa también puede recibir cariño y no dejaría de ser alfa. Él omega podía cuidar y marcar con su relajante olor a YoonGi y seguiría siendo un omega.

Algunos del staff de la empresa se habían reído de la marca de olor que tenía luego de semanas sin estar con Park. Claro, al chico no le hizo nada de gracia los comentarios que hicieron esas personas sin importar que estuviera a su lado.

Ji definitivamente no le importaba ocultar su desagrado cuando estaba molesto.

“Si no tuviera una imagen que mantener hubiera llegado a algo más que solo rodar los ojos Gi, no me importaba que ese beta sea una cabeza más grande, tu me dices y le rompo la nariz”.

Y no solo rodaba los ojos cuando sentía molestia o incomodidad: estás se reflejaban en su cara cuando juntaba el entrecejo y el aroma de sus feromonas dejaba de ser suave y pasaba a ser un olor intimidante. Las veces en que lo intentaba ocultar sonreía pero al instante estaba con cara de desagrado de nuevo o te hablaba con voz rápida y chillona.

Todo lo contrario cuando estaba triste, extrañamente se ponía serio y no contestaba casi las preguntas para no soltar a llorar en cualquier lugar o en frente de cualquiera. Ese era el único momento en que aguantaba todo solo para llegar a la casa a acostarse sin querer que le hablen.

Sinceramente él no estaba acostumbrado a juntarse con personas así, pero JiMin no era cualquiera y de él soportaría cualquier cosa, porque su mundo debía ser cálido y alegre sin que nadie lo dañara.

Nueve: Todas esas veces en las que tu comportamiento cambia, cuando quieres mimos, cuando estás enojado, triste, ansioso o alegre, son momentos perfectos que atesoro en mi memoria y que espero nunca olvidar.

hobibibiu

La Perfección de mi Omega - yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora