Capitulo 14- Un beso casi especial

87 3 0
                                    

Nuestras bocas estaban a 2 centímetros de tocarse cuando. . .

Se escucha una música y un móvil vibrando, era el suyo. Para cogerlos se retiró de mi alejándose y olvidando todo lo que teníamos entre medio.

(Ella)-¿Sí?

Contestó Elena con su dulce y adorable voz

(Persona detrás del teléfono)-¡Elena, ven ahora mismo a casa por favor!

Se escuchó una voz triste y apagada detrás del teléfono.

En cuanto ella oyó esto me dijo;

(Ella)-Oye, lo siento mucho, me tengo que ir, quedamos mañana ¿Vale?

(Yo)-Vale

No tardó en irse, se fue corriendo intentando llegar lo más rápido posible a su casa.

Yo hice igual. Le mandé un mensaje a Emilio intentando adivinar que era todo lo que pasaba.

No me respondió. No se por que  tenía el presentimiento de que algo malo estaba pasando. Mi intención fue meterme en mi red social para ver lo que habían subido y demás. Vi un mensaje nuevo, un mensaje de Elena

(Ella)- Dios me quiero morir. Sé que llevamos poco tiempo siendo amigos y eso pero creo que llego el momento de confiar en ti. Me he tenido que ir de nuestra especie de quedada por que me e dado cuenta que al llegar a mi casa mi abuelo había fallecido. Mis padres están de viaje por causas de trabajo y mi hermano y yo estamos muertos, no tenemos donde quedarnos y mi abuela se tiene que ir.

(Yo)- Vaya, lo siento mucho. Si queréis os podéis quedar a dormir en mi casa. Ahora eso sí, todos tendríamos que dormir en mi cuarto ya que no ay cuartos suficientes.

(Ella)- ¿Enserio nos harías ese favor?

(Yo)- Claro

(Ella)-Vaya enserio, estaremos allí en 5 minutos

¿¡En 5 minutos!?

Me tenía que arreglar y todo, estaba completamente en calzoncillos, me puse una camiseta de cuello bajo y unos pantalones cortos.

(Yo)-Está bien, la dirección es la siguiente. . .

Supongo que no sabrían donde vivía entonces le mandé mi dirección. Como ella dijo se presentaron en mi casa en 5 minutos. Al abrirles la puerta ambos estaban destrozados, los preciosos ojos de Elena estaban de un color rojo viviente, al igual que los de Emilio. Ambos traían una maleta, supongo que sería de su pijama y demás. Les invité a entrar, llevándolos a mi cuarto los dos estaban incomodos, se les notaba.

Al llegar Emilio de inmediato se puso si pijama, como es normal Elena para poderse poner su pijama me pidió por favor que me saliera. No tardó ni dos minutos en cambiarse ropa. Al entrar parecía un ángel, la preciosa camiseta rosa con una fresa en medio le resaltaba su hermoso cuerpo con unos bonitos pantalones a juego.

Yo tenía un escritorio, como todo el mundo hoy en día. Solo que en él había cosas con pegamentos y demás ya que unos días antes tuve que hacer una maqueta con un amigo y a mí me tocó comprar los materiales. Elena investigando un poco se llenó completamente la mano de pegamento, creo que ni si quiera se dio cuenta.

(El)-Hermana, te hago un reto

(Ella)-Acepto

(El)- Atrévete a poner la mano sobre el pecho de Pablo

Ella, inconscientemente lo hizo.

(Ella)-No puedo retirar mi mano

(Yo)- Claro que sí, mira

Le agarré la mano y tiré fuertemente para quitarla de mi pecho. No podía ser, se le había quedado la mano pegada en mí.

Emilio solamente sabía reírse, Elena seguía intentado quitar su suave mano sobre mi piel mientras que yo solo sabía mirar su hermoso rostro

(Ella)-¡Pablo! ¿¡Qué es esto!?

(Yo)- ¿As estado tocando mi escritorio?

(Ella)-Sí, ¿Por qué?

(Yo)-Creo que tienes en la mano pegamento

(Ella)-¿¡Qué!? ¿¡Se puede quitar de alguna forma?!

(Yo)- Supongo que se quitaría con un poco de agua. El problema es que mis padres cierran el termo por la noche y yo no sé cómo va eso

Si sé cómo va, simplemente me gustaba eso de tener una mano de Elena sobre mí.

(El)- Pues yo me voy a dormir, como estos dos tortolitos no se pueden separar yo dormiré en la cama

Emilio se echó en mi cama y se tapó, se durmió de enseguida.

Saqué unas sábanas para ponerlas en el suelo para poder dormir yo con Elena.

Cuando ya estaba todo preparado ambos nos echamos. Como su mano seguía sobre mi piel tuvimos que dormir mirándonos mutuamente, nuestras respiraciones se mezclaban entre sí. Ella se quedó dormida, después de lo de su abuelo estaba destrozada, yo en cambio no hice igual, no dormí esa noche, no la podía desperdiciar, no podía desperdiciar la noche que dormía  con Elena al lado. . .

 

 

Amigos para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora