amanecer

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Luego de comer hamburguesas caminaron un poco entre las tiendas hasta llegar a una plaza donde cierto rubio miraba con odio a todo ser viviente, mientras el peliverde disfrutaba de un helado de pistacho.

Todos al rededor de ellos se alejaban por la extraña aura de amenaza y paz que emanaban juntos.

La pareja se mantenía en un silencio agradable muy distinto a los silencios incómodos en los que siempre estaban.

Caminaron un poco más por los locales antes de regresar en metro a la casa de Katsuki.

Luego de esa hermosa tarde lo mínimo que querían era llegar a descansar un poco.

Y eso solo significaba ver alguna película en la sala sobre zombies, comiendo palomitas y dándose caricias inocentes.

Para Izuku era la mejor representación de una cita perfecta, pasar el mejor de los días al lado de la persona que más quieres.

Sentía que podía morir tranquilo al saber ese lado de Kacchan.

Qué importaba lo demás mientras tuviera consigo los recuerdos de esos bellos momentos.

Estaba enamorado, completamente perdido, loco, demente pero nadie elije a quien amar.

Miro al cenizo y supo que jamás nadie superaría lo que esté le ocasionaba con su sola presencia.

Nunca ni en un millón de años Uraraka se compararía con la felicidad que sentía cuado Katsuki le dirija una simple mirada, ni ella ni ninguna otra.

Su corazón tenía dueño, tenía bien grabado a fuego el nombre de Bakugo Katsuki en lo más profundo de su alma.

Regreso la mirada a la pantalla sin entender de qué iba la película, nunca fue un gran fanático pero en cambio Kacchan desde pequeño desarrollo un peculiar gusto por las películas de terror y con mucha sangre.

Antes de si quiera poder entender un poco de esa película, sintió un empujón que lo llevo a recostarse en el sillón, con sus ojos rojos brillando se acercó con una sonrisa llena de deseó para comenzar a besarlo.

Los besos se hicieron tan intensos que fue el mismo Deku quien rogó por ir a la habitación.

Ruego que escuchó el rubio apagó el televisor y lo cargo cual costal de papas con tal de no perder tiempo, fue directo a su cuarto y arrojó sobre la cama a su blocoli para empezar a devorarlo.

Como buen regalo primero tenía que desenvolver lo quitando le toda la ropa, también se desnudó, le encanta la relación que el peliverde mostraba en esos momentos.

Katsuki empezó besando sus muslos también dejó algunas marcas, beso su cadera, mordió al lado de ombligo, chupo sus pezones y remarcó las marcas que comenzaban a borrarse en su cuello.

Finalmente se besaron, con todo lo que tenían, con fuerza desmedida, con pasión...

Bakugo se encargó de dilatarlo muy bien, tanto que parecía una tortura, Deku solo gemía y pedía por más.

Siguió esa plasentera tortura hasta que él mismo no pudo soportar más y lo penetró fuerte.

Los gritos no se hicieron esperar resonando en toda la habitación y seguramente despertando a algún vecino.

Ninguno sabía ser muy silencioso, cada que lo hacían en los dormitorios tenían que reprimirse y al estar solos en la casa, lo único que podían hacer ambos era evocar el nombre contrarió.

Con estocadas fuertes Deku gritaba su nombre, con estocadas profundas solo jadeaba por más, con estocadas suaves o lentas entendía que era hora de cambiar de posición y se dejaba mover.

Se complementaban tan bien que incluso Izuku pensaba que su lugar era justo ese, sintiendo al rubio en lo más profundo.

Mientras sentía a Kacchan empujar sus caderas, hundió su cara en esa almohada con aroma a pólvora y canela, adoraba sentir ese aroma mientras era duramente penetrado.

La cordura ya no era parte de sus noches o por lo menos en aquellas en las que Katsuki estaba a su lado.

Gimió extaciado corriéndose sobre las sábanas, a los pocos segundos el rubio se vacío en su interior.

Mientras recuperaban el aliento de separaron, habían dejado manchas pero poco importo en ese momento.

Antes que el sueño se hiciera presente Bakugo fue por toallitas para limpiarse y limpiar a su brócoli, retiro las sábanas sucias y saco otra limpia solo para cubrirse, los dos querían dormir en ese momento.

Al despertar no podía sentirse más feliz, Katsuki seguía a su lado y lo abrazaba, miro en silencio su pacífico rostro y se le antojó que sus mañanas fueran siempre así.

Se quedó así, un rato más, disfrutando de ese momento, quería hacerle el desayuno pero esas fuertes manos lo apresaban impidiéndole salir.

Pero no pasó mucho tiempo hasta que el rubio gruñón despertó beso a su peliverde, y se levantó bostezando como si eso fuera lo más normal de sus días.

Se bañaron juntos, no hicieron nada más que tocarse pero aún así fue especial.

Bajaron a desayunar, vieron sin prestar real atención el televisor, se besaron algunas veces más y por la tarde tuvieron que regresar a U.A.

No hablaron mucho pero en ningún momento soltaron sus manos desde que salieron de la casa de los Bakugo

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No hablaron mucho pero en ningún momento soltaron sus manos desde que salieron de la casa de los Bakugo.

Justo a la entrada Deku soltó al rubio ya que vio a sus amigos a lo lejos y lo último que quería es que preguntarán por ir juntos sin pelear y de la mano.

Tampoco quería que atentaran contra el buen humor del rubio y que este explotará a media escuela.

Lo más sensato era alejar a sus amigos del gruñón y seguir igual que siempre hasta la noche que volviera a verlo.

Un plan fácil de no ser que Todoroki e Iida eran tan buenos compañeros que al verlo quisieron saber qué tal había ido su fin de semana.

Trato de acercarse a ellos antes que dijeran algo que enfadara al rubio, pero al verlos tan cerca era obvio que ya estaba molesto.

Se fue gruñendo y maldiciendo a todos en el planeta entero.

Mientras él se quedaba evitando que sus imprudentes amigos molestarán más al chico explosivo.

Les hablo de su mamá, la comida y como se extrañaron durante las fiestas, pero todo era por una buena causa, el director tenía sus motivos para pedirles se quedarán en las instalaciones.

Estubieron platicando un rato más pero se sentía nervioso y ansioso, quería ver a Kacchan pese a que prácticamente pasó con él todo el fin de semana.

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Pronto subiré mas love...

un amor desbordándoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora