Si Bangtan tuviera poderes

Kim Taehyung

editado

Poder: Invisibilidad y Encubrimiento
Edad: 23

El niño de ocho años cada vez escuchaba más fuertes aquellos gritos y se tapaba los oídos intentado callarlos, pero era inútil.

– ¡Taehyung! -Escuchó a su padre subir mientras se golpeaba-

– ¡Deja al niño en paz!

– Ya basta... -Se susurró a sí mismo y vió a su padre entrar-

– Taehyung, ¿dónde estás? -su padre arrastró las palabras al hablar, ¿tenía que pasar siempre?- Tae...

– ¿hijo? -su madre lo llamó, ¿acaso no lo veían?, estaba sobre su cama.-

– ¿ves lo que haces? -No otra vez, no por favor-

– Es todo tu culpa, eres el que se pone así de borracho, imbécil -Ya basta, no, otra vez no-

Cuando vio que su madre iba a ser golpeada, se acercó y golpeó a su papá en la pierna.

– ¿y eso qué carajo fue? -se quejó de dolor y salió de la habitación seguido por su madre, así que Tae, confundido también los iba a seguir, pero, notó algo raro-

Retrocedió al espejo, ¿dónde estaba su reflejo?, ¿qué carajos?.
Acercó su mano al espejo y éste se hizo invisible, ¿qué estaba pasando?.
Se hizo visible y sonrió de oreja a oreja, tenía poderes igual que su amigo, pero, él prefería no decirle, suponía que era mejor así.

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Tenía diez años y decidió contarle a su mamá sobre sus poderes, ¿y a su papá?, bueno, no tenía una buena relación con él después de que se diera cuenta de que era un alcohólico, es por eso que se la pasaba más con Jimin, era el único que lo sacaba de sus malos pensamientos, siempre recordaba los momentos lindos con su papá, en los que estaba sobrio y no causaba tanto daño, lo extrañaba, claro, era su papá después de todo y para un niño de diez años esto no era fácil, no era fácil aceptar a un padre así.
Así que básicamente tomó esa decisión y su mamá...bueno, le dijo que era invisible, ¿le creyó?, no.

– Mami...debo contarte algo -El pequeño se sentó junto a su madre y comenzó a jugar con sus manitas- Tengo superpoderes.

– ¿Qué? -su mamá comenzó a reír y él fruncio el ceño-

– Si, mira mami -hizo fuerza, se concentró, lo pensó, etc, pero de ninguna manera pudo hacerse invisible.- Enserio tengo superpoderes mami

– Hijo, me encanta esa imaginación que tienes -ella besó su nariz y se levantó- iré a preparar la cena -se fue y, recién ahí es cuando Taehyung pudo lograr hacerse invisible, ¿era una broma de mal gusto hacia su persona?, hizo un pucherito-

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Cuando tenía trece años, la madre de Jimin los descubrió en pleno entrenamiento del mayor, ahí es cuando recibió la charla de la maldad poderosa y ahi entendió que debía decirlo, debía hacer algo, no quería que le pase nada a Jimin ni a él, asi que comenzó a acompañar a Jimin a su entrenamiento para ver si algo le servía, porque él no estaba dispuesto a revelar su superpoder.

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A sus dieciséis años, para su mala o buena suerte, el maestro G-Dragon notó que Tae ocultaba algo y lo citó uno de los días en que Jimin no entrenaba para saber si tenía superpoderes o no, él no quería decirlo pero terminó revelandolo, "tengo el poder de la invisibilidad, señor", el hombre sonrió y notó también que tenía el don del encubrimiento, es decir, no sólo puede hacerse invisible él, sino a lo que lo rodea.
Ese día vió a alguien llamar al maestro, ¿acaso otras personas debían entrenar?.

– Señor, Jin y Nam lo esperan y yo igual -logró escuchar en una voz tierna, y, cuando volteó a mirar, el dueño de la voz ya no estaba-

– ¡Voy enseguida, Jungkook! -el maestro le agradeció por decirle todo y se retiró del lugar-

– Pues...me voy -Taehyung se dijo a sí mismo y se fue-

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Cuando tenía dieciocho, él ya podía controlar bien sus superpoderes, pero, lo que sí, aparte del maestro nadie más sabía sobre lo que él podía hacer, ni siquiera Jimin, no sabía porqué no se lo podía decir, le tenía confianza, claro, pero no podía decirle a su mejor amigo sobre sus poderes, no era tan fácil, no para él.
Para su mala o buena suerte, Jimin descubrió aquello, ya que los habían asaltado y Taehyung se hizo invisible a él y a su amigo para pelear de manera que los tipos no vean en cuanto los iban a golpear.

Después de tal ataque, los dos chicos fueron a la casa del mayor y bueno, Jimin no podía creer lo que su amigo ocultaba.

– ¡No lo puedo creer Tae!, eso fue increíble, ¿desde cuando lo sabes?, ¿ya los sabes controlar?, eres rápido, ¿fue hace poco no?, sino me hubieras dicho... -fue interrumpido-

– Lo sé desde los ocho años Jimin -Tae agachó la mirada- lamento no haberte contado

– ¿por qué no me lo dijiste? -Jimin lo miró decepcionado- Creí que me tenías confianza, te conté todo sobre lo mío y se ve que tú no -suspiró- Creí que éramos amigos Taehyung

– Jimin, por favor, no fue fácil

– ¿Crees que para mi si? -negó- puedo convertirme en animales y demás, ¿me ves normal?, Taehyung, esto siempre lo supiste y no me dijiste nada, podría haberte ayudado.

– Perdóname Jimin, no fue fácil, perdóname

– Si aquellos tipos no nos hubieran asaltado, yo no estaría aquí diciendo esto, ¿no es así? -Tae sólo miró el piso- Vete, quiero estar solo

– Chim Chim, por favor -Tae hizo un pucherito y se le aguaron los ojos- No te enojes, sé que estuve mal al no contarte, pero tenía miedo

– ¿De qué?, ¿de qué tenías miedo?

– De que te enojes por eso, tú estabas feliz con tus poderes y quizás no te gustaría que yo también tenga, no lo se Jimin, tenía ocho años

– ¿Crees que soy así de egoísta? -Jimin negó- ¿No me conoces?, Taehyung yo no soy así

– ¡Tenía ocho años, joder! -Tae sollozó- No entiendo porqué tanto escándalo, es una estupidez

– No Taehyung -Jimin negó- porque si a ti te pasa algo por esa supuesta maldad en el mundo yo me muero, yo no viviría si te pasara algo, más si no sé la razón de porqué te pasó -Él suspiró-

– Jimin...

– Nada Tae -lo miró- después hablamos, por favor

– ...Bien -Tae le dio un corto abrazo y se fue.-

Aquella semana Jimin había estado distante pero lograron reconciliarse, no fue fácil pero Taehyung logró obtener el perdón de Park.

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Ésta es parte de la vida de Kim Taehyung, un joven con el poder de hacerse invisible cuando lo desee y de hacer invisible a otro cuerpo, era increíble.
A sus veintitrés años él vivía con su mejor amigo (esposo le llamaba él) e iban los mismos días a su entrenamiento, aunque a veces se preguntaban, ¿para qué nos están entrenando?.