A pesar del tiempo, de las complicaciones y de todos los problemas que pudimos haber tenido, aquí nos encontrábamos finalmente. Sin mentiras, sin tapujos, sin medias verdades o identidades. Mi Marinette y yo por fin estábamos juntos y eramos felices como pareja. Gracias a mi padre, mi lady no solo había desarrollado sus dotes como diseñadora, sino que, por la fortuita situación que habíamos experimentado, encontró en el modelaje una agradable área donde explorar todo su potencial y amor por las pasarelas.
Si bien antes de ella pensaba que el trabajo de modelo era algo aburrido, soso y sin ningún interés de mi parte, a su lado disfrute cada sesión, cada experiencia fue algo único, siendo más feliz en el poco tiempo a su lado que en todos mis años como modelo único de la marca Agreste.
Incluso mi padre no había podido resistirse a los encantos de su futura nuera y con el tiempo, su faceta seria y reservada había cambiado a una mucho más abierta a la interacción, tanto con nosotros como en otras personas. Si bien seguía sin mover su oficina de trabajo de la casa, había elegido una habitación especifica para que Marinette trabajará en sus diseños y tomará sus lecciones privadas de modelaje con profesionales. Me encantaba que ella pasará el tiempo en mi casa, aunque ella tuviera sus ensayos y yo mis prácticas de chino o piano, siempre encontrábamos la manera de tener momentos para nosotros, pequeñas escapadas que nuestros profesores con el tiempo habían aprendido a sobrellevar.
Aquella tarde me encontraba despidiendo a mi profesor de chino, quien se encontraba ya en la reja de la mansión, cuando mi padre salía por la puerta principal junto con Natalie y el chofer, todos apresurados.
-¿Todo bien?- aunque mi padre no era de las personas más expresivas del mundo, su ligero ceño fruncido me decía que algo le perturbaba, fue Natalie quien habló por todos.
-Parece que hubo un incidente en una de las sesiones fotográficas con un Gabriel- mientras hablaba, tecleaba apresurada en su tableta. - nadie ha querido decir la gravedad del asunto, pero parece que el vestido puede perderse.
Entendía a la perfección porque mi padre estaba de esa manera. La linea Gabriel eran exquisitos vestidos confeccionados a mano, únicos en su tipo. Su singularidad radicaba en que no existían dos iguales, solo un vestido diseñado especialmente para una persona. Los primeros que hizo de esa línea habían sido solo para mamá, lo cual explicaba el cariño que le tenía a todos, sin importar si eran nuevos o algunas piezas antiguas.
De hecho, hasta la fecha eran contadas las mujeres que habían tenido la singularidad de portar un Gabriel diseñado para ellas, lo cual hacía que las revistas de modas constantemente estuvieran buscando los modelos de mi padre para sesiones de ediciones especiales.
-Ok, vayan con cuidado, y papá- su mirada se clavó en la mía- no importa que, estoy aquí si me necesitas.- el sonrió ligeramente mientras asentía a mi declaración. Con el tiempo, había comprendido mejor a mi padre y nuestra relación era considerablemente mejor en comparación con otros años, especialmente después de lo de mamá. En parte esto también se lo debía a Marinette. Sin la mujer que nos unía como familia, nuestro hilo conductor había quedado gravemente dañado y sin darnos cuenta, fuimos distanciándonos cada vez más hasta llegar a un punto de distancia casi insalvable. Mi novia nos permitió dar lo mejor de ambos para reconstruir nuestra relación, cuando creía que no podía amarla más, ella me demostraba que estaba equivocado completamente.
Me acerque a la puerta del auto y mientras Natalie subía al lado del chofer, mi padre se volteó para hablarme:
-Marinette esta en la casa terminando algunas cosas, por favor, acompáñala y dale mis disculpas por no poder estar para despedirla como es apropiado. - dicho lo anterior, se subió y dio la orden de no detenerse hasta llegar al destino.
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Diario de un gato pervertido
Fanfiction....¿ Y por qué no haces un diario?- sugirió plagg como si fuera una idea de lo más normal -¿qué?- levante tan rápido la cabeza que sentí un tirón en el cuello. Sin darse cuenta plagg tal vez acababa de darme la idea más brillante que había te...