cap 16: shot me

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TN POV
Ahí estábamos Cinco y yo, como dos torpes enamorados que habían ido más allá de una vida relativamente normal y no tenían nada más que al otro.

O eso era hasta que sentí el frío de la punta de una pistola en la nuca.

Paré de respirar en el momento que sentía el metal en contra de mi cabeza y Cinco también paró de respirar por unos segundos. Podía ver su mirada perdida sin saber si mirarme a mí o a la persona que me estaba apuntando.

Podía ver cómo se le rompía el corazón en pedacitos con tan sólo ver a través de sus ojos azules —¿Me extrañaste? Por qué yo si te extrañé a tí. Especialmente cuando casi haces volar todas las instalaciones— dijo con un tono amargo que se desprendía de su fuerte olor a cigarro impregnado en sus ropas.

—¡Me jodiste, Cinco! ¡Ahora yo te joderé a ti!— ella estaba más que lista para dispararme y parecía que ella lo quería hacer desde hace mucho. Cerré los ojos esperando el impacto recorrer mi cerebro para después dejar un río de sangre.

Pero sorprendentemente no pasó.

Abrí los ojos después de un momento y pude ver de reojo como Cinco tranquilamente bajaba el arma que antes estaba en mi nuca. Pero también podía jurar que presentía que su corazón se le iba a salir del pecho.

Rápidamente me puse atrás de Cinco —tú y yo sabemos que no quieres esto— dijo él ojiazul, tratando de manipularla —¡Matamos a miles de personas! ¿Qué te hace pensar que no la puedo matar a ella?— mientras ella daba todo ese discurso, podía ver cómo partes de su cuerpo estaban oxidados.

Ella estaba en sus momentos más vulnerables y aún así viene a matarme. Me sentí especial, pero dejé que Cinco se encargara de la situación.

Cinco revisó la cantidad de balas que estaban dentro de la pistola de manera burlona, casi jugando con el arma, causando confusión en la mujer de cabeza blanca. —¡No caeré en...!— un disparo. Dos disparos. Tres disparos y la mujer no sé quería callar.

Pero fue lo suficiente para dejarla en una posición más que vulnerable y ridícula. Con una mezcla de aceite y sangre, su cuerpo estaba repartido por distintas partes del balcón que tan caro nos costó. Que desperdicio.

Cinco me tomó de la mano y la apretó con fuerza. —es hora de acabar con esto— fueron las últimas palabras que escuchó la mujer de cabello blanco antes de que la bala penetrara su cabeza, para después dar otro disparo en el pecho. Exactamente, en el corazón.

Suspiramos al mismo tiempo. Me quedé viendo el cuerpo putrefacto de la mujer, pero después Cinco tomó mi rostro para obligarme a verlo —esto era de lo que tenía miedo ______. Pero salimos adelante, como siempre hacemos— dijo en tono romántico.

—Vámonos ya, que después nos va a perseguir la policía entre la mezcla de sangre y aceite— y ahí estaba otra vez el Cinco que tanto me gusta. Empacando nuestras cosas, con gotas de sudor cayendo por su frente, con su profunda mirada azulina concentrada en que guardar y que dejar atrás.

Ese era Cinco. Mi Cinco.

Funeral ✝ FiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora