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Habían terminado de desayunar e iban a hacer el examen. Norman estaba muy estresado. Sabía que se iba a distraer, pero necesitaba sacar la mejor nota. Decidió evitar al pelinegro. Así pensaría en las respuestas y no en él.

Volvió a mirarlo, hizo como si no hubiera pasado nada. Puso una de esas sonrisas que a Ray le dan arcadas y le habló con normalidad.

El pelinegro se sorprendió por aquello. ¿Lo habría soñando? ¿En realidad no había pasado nada y solo fue un sueño?

— ¿Ray?

— ¿Sí, madre?

— Ven un momento, por favor — Ray obedeció a lo que dijo Madre y la siguió por el pasillo estrecho que estaba entre las mesas llenas de niños.

Ray estaba asustado. ¿Y si no había sido un sueño y Norman se lo dijo a madre? ¿Qué le iba a decir?

Entraron al cuarto de ella. A Ray le traía muchos recuerdos, algunos buenos y otros malos, pero todos ellos eran de hace mucho tiempo.

Se sentó en la silla que estaba delante del escritorio de madera y le hizo un gesto a Ray para indicarle de que se podía sentar delante. El pelinegro, sentado en la silla, comenzó a hablar.

— ¿Qué querías, madre? — dijo seriamente — ¿Necesitas algo?

— No, por ahora no. Solo quería informarte de que tu recompensa llegará dentro de unos días.

Ray asintió y la conversación dio por terminada. Ya pudo salir de aquel cuarto e ir a hacer el examen.

Injusticias | Norman X RayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora