Injusticias | Norman X Ray

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Pasaron ya muchas semanas desde que comenzaron a salir juntos. Ya se habían besado muchas veces, pero siempre a escondidas.

No querían saber que pasaría si alguien se enteraba. Pero, por mala suerte, llegó el día. Ya le habían decidido una familia a Norman, cosa que Ray no pudo evitar.

Ellos ya lo sabían. Sabían lo de los demonios, lo de las entregas y lo de madre. Lo sabían todo, bueno, casi todo. Pero era injusto. No podían matarlo.

La noche antes de la entrega, Ray se acercó a la cama del albino y le tocó el brazo para poder despertarlo. Después se sentó a su lado, mirándole fijamente a los ojos.

El pelinegro no puedo evitar llorar. Saber que alguien al que quieres se va morir a la mañana siguiente y no poder hacer nada para evitarlo, era horrible. Se sentía idiota, frustrado, decepcionado consigo mismo. No podía hacer nada.

Norman le abrazó con fuerza y comenzó a llorar también. Claramente, el albino no quería morir, no quería alejarse de él y de su familia. Solo quería quedarse allí, vivo y al lado de esa persona a la que amaba tanto y que ahora mismo está llorando a su lado.

Pero, si no le mataban a él, tenían que llevar a otro. Y ese, seguramente, serían Ray o Emma.