Capitulo 8

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Gruño bajo al sentir mucho calor, retiro las cobijas, pero el calor no se disipo en lo absoluto, en realidad fue más abrasante. Se volteó, abrió los ojos y la sonrisa que asomo a sus labios dejo en claro lo feliz que le hizo ver a Justin dormido a su lado, paso las manos por la mejilla pronunciada y después recorrió el contorno de aquellos labios.

¿Lo besaría? Negó con la cabeza, claro que no lo iba a hacer, eso era violación o algo así. Se levantó de la cama, dirigiéndose al baño y después de hacer sus necesidades se dirigió a la cocina para poder tomar agua, mientras la bebía sus ojos no dejaron de observar a quien aun en sueños estaba. Justin. Un primate estaba haciendo que perdiera las riendas de su vida, quería que él la guiase a donde quisiera, pero que fuera con él.

Eso estaba mal, ella no debía porque querer depender de alguien, pero deseaba que él lo hiciese.

Dejo el vaso en la barra, bostezo y camino de vuelta a la cama, acurrucándose contra el cuerpo caliente del primate. Sorprendiéndose cuando él, aun dormido, le paso las manos por la cadera y la pego contra él, suspirando con regocijo. Ella también suspiro, cerró los ojos y dejo que el sueño calmara lo que parecía una guerra dentro de ella.

El corazón rogando algo, la mente dando a conocer lo mejor, la razón perdiéndose en la lujuria que bailaba y contoneaba en sensuales promesas de un futuro maravilloso.

*'''*

Vaya, él jamás se despertaba después de las doce del mediodía, pero no le sorprendía. Había dormido sintiendo el tierno calor de la voraz pegado a su cuerpo, con aquel rico aroma dejándolo ebrio cada cuando respiraba. Observo atento la ventana, podrían ir hoy al parque de nuevo o tal vez a un centro de atracciones, le podría tomar la mano en una de esas largas y silenciosas caminatas, también podría besarle la mejilla y, si ella se lo permitía, le besaría en los labios.

Volvió su vista a ella, recorrió la ceja con un solo dedo y bajo hasta la mejilla, para después recorrer el cuello y hombro. Beso la frente de ella, cada vez la entendía más, el dolor que llevaba en ella por la pérdida de un ser amado, sólo porque lo había estado planteando en diferentes situaciones.

Si le prohibiesen a Damara él seguro que perdería la cordura, exigiría una explicación, pero si se la negaban o la veía muy idiota haría todo por tener a Damara, pero... al último lo aceptaría, pues no era su hija. Cuando se planteó aquello con ____, con el simple hecho de imaginarla lejos sintió que la vida se le iba de las manos de una forma tan rápida que sin aire le dejo. ¿Y si te digiera que te has vuelto importante para mí? ¿Qué harías si te cuento que ahora tienes a donde volver siempre que quieras?

____ se removió bajo su toque, él sonrió y se levantó de la cama, necesitaba ir por el desayuno antes que despertase, quería sorprenderla. Cogió una pequeña hoja de un recordatorio que ya hacía en el refrigerador y con una pluma que encontró en la mochila que Nathaniel le había dado escribió:

"Fui a traer el desayuno, no tardo nada. J. Pdta.: Ahora si te he dejado una nota."

Salió de la habitación, claro, después de colocarse un pantalón y la chaqueta con gorro que le cubría para que no se notase que era una Especie; fue hasta el restaurante que ya hacia dentro del hotel, observo el menú y nuevamente se vio ante la duda ¿Qué le llevaba a ____? Le podría llevar carnes, de eso no había duda, pero ¿cómo debería estar la carne? A los caninos les gustaba semi cruda y a los felinos cruda, pero ¿qué era ella? No estaba seguro.

Le había escuchado gruñir, también peleaba forma increíble pues contaba con mucha fuerza, cosa que caracterizaba a los caninos, pero poseía una agilidad impresionante algo que sólo los felinos manejaban a la perfección definitivamente no era primate pues los rasgos no eran tan similares al de los humanos y también porque poseía colmillos.

Jericho (Nuevas Especies #5) - Justin Bieber (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora