Esperar

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En un primer instante, Hange se hallaba tensa entre sus brazos. Tuvieron que pasar unos minutos para que ella pudiese articular palabra.

– ¿Avanzar? – alcanzó a decir antes de que Erwin le hiciera girar hacía sí, permitiéndole besar su rostro. Allí se encargó de limpiar las pocas lágrimas en su piel. Acariciándole ligeramente, consiguió tranquilizarla para, al fin, anunciar su cometido.

– Sí Hange, avanzar. Deseo formar una familia contigo.

.

.

.

Mi mente bajó a un río, sentándose en la orilla.
Trató de pensar, pero no pudo.
Así que saltó y se zambulló.
Buscando algo que, tal vez, no encontraría.

El río heló mi alma y mente.
Más admitió contemplarme a tu lado.
Por favor, toma mi mano.
Muéstrame cómo hacer las cosas bien...


El ambiente de la habitación estaba fresco, ningún ruido se atravesaba. La ventana entreabierta, permitió el ingreso de un viento helado, llegando directo a sus cuerpos. Hange no pudo evitar estremecerse, entre los brazos de Erwin, quien se ciñó a ella con firmeza. Lo cual permitió descansar su cabeza en el torso de él.

No sólo fue el viento, aquella propuesta la había dejado susceptible. Sin ser capaz de articular una respuesta coherente, de la misma manera, se sentía avergonzada. Jamás habría visto venir aquel escenario, se suponía que tenían un acuerdo.

– Cuéntame tus pensamientos. – solicitó Smith. Sin ser capaz de percibir la inquietud de su acompañante.

– Erwin, cariño... – pronunció, lo último, en un susurro. Hange se sentía incapaz de negarle aquello, a uno de los hombres de su vida.

Por supuesto, Erwin Smith era su compañero, comandante, y sobre todo, su amante incondicional. Más no conseguía dejar de lado las opiniones, que podrían tener, los otros valiosos; Levi y Moblit.

Su manera de quererlos distaba mucho, con respecto a Erwin. Si bien Levi era como su hermano mayor, protegiéndola y tratándola hoscamente. Moblit era más como su fiel mejor amigo, quien la alentaba a continuar, cuidando que no se haga daño, en sus imprudencias.

Considerando a los mencionados anteriormente, ninguno de los dos, pensaría siquiera que el adjetivo "materno" aludía a sus características. Siendo que ella misma rechazaba aquello, al ser una entusiasta de las aventuras. Disfrutando experiencias, ella era curiosa, apreciaba la ciencia, la imaginación y las cosas nuevas. Dicho de otra manera, esperar durante nueve meses, la llegada de una criatura, no tenía cabida en sus planes.

– ¿Sí? – respondió su acompañante. Ante su oración incompleta, logrando sacarla de sus pensamientos, por unos pocos segundos.

Debía encontrar una manera para decirle sus reflexiones. Porque no comprendía aquella urgencia suscitada en él. A pesar de que su relación llevaba menos de un año, concertaron no tener hijos, para evitar hablar de su relación. Así como también, evadir responsabilidades y explicaciones engorrosas, de fallecer alguno de los dos en combate.

– No puedo. – anunció la castaña. Con un ínfimo aire de inseguridad en su voz, Zoë esperó la respuesta de su amado.

Aun cuando escuchó su negativa, Erwin rechazó el hecho. Preguntándose si realmente existía algún impedimento, por parte de su amada. O quizás, la respuesta se debía a su impulsividad, al no saber cómo expresarse, ante la propuesta de él.

Complément parfait (Eruhan fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora