La pesadilla cae en la mañana intranquila,
La luz es pesada, pero puedo tolerarla.
Porque allí estás tú, a la distancia,
Amándome, quitándome la agonía.Quédate, prometo proteger tu sonrisa,
Tu humanidad, tu alegría.
Acepta mi propuesta de amor
Y si aceptas, un vestido de satén funciona mejor..
.
.
Un carruaje jalado a caballos avanzaba por la calles de Stohess, en dirección al paradero de Einar Haaksen. Erwin Smith se encontraba en la cabina del vehículo, transportandose junto a Nile. Sosteniendo un libro que no leía, completamente absorto en sus pensamientos, planeando cómo persuadir al susodicho.
Tenía dos opciones, la primera, consistía en explicarle que nada bueno traería esparcir rumores sobre el contenido del diario, contarle cómo se deshacían de las personas que "Sabían de más". La segunda, simplemente amenazarle. Básicamente ambas eran parecidas, pero todo dependería de su actitud en cuanto dieran con él.
Levantó su cabeza, girando hacia la ventana, allí observó a los ciudadanos de Stohess iniciar sus labores del día. La carroza se detuvo momentáneamente, cerca a un mercado. Una joven mujer de cabello castaño sujetado a una coleta, le recordó a ella. No había día que no la pensara, cada vez añorandola más, no podía evitarlo. La necesitaba junto a él, que le quitase esa soledad que sentía, que sujetara su mano, que le sonriera, solo ello bastaba para darle fuerzas suficientes para seguir...
Aquellos días habían sido agobiantes, cada cuanto se cruzaba un poco de angustia, a veces se entremezclaban con la ansiedad de perderla. Sus sentimientos se enredaban sólo para causarle pesar hasta el punto donde se hastiaba de lidiar con ellos.
Más sabía que lo único que necesitaba era verla a los ojos y decirle que la amaba; necesitaba tenerla entre sus brazos, dormir en su pecho; necesitaba sentir su piel, besar su alma, porque con ella anhelaba todo, y sin ella, nada. Fantaseaba con ella, la imaginaba junto a él, explicándole algún tema, haciéndole reír con sus ocurrencias, aquellos pensamientos lograban darle un bocado de paz, en medio de aquel tormento. Solo poder contemplarla le daba paz, era la magia que causaba en él. Ciertamente se veía profundamente atraído a su alma, incluso antes de tocar su piel.
Nile debió zarandear su hombro repetidas veces, para que le prestara atención. Habían llegado al lugar, mas no se dio cuenta por estar tan ensimismado pensándola. Al mismo tiempo Nile le hizo señas con las manos, pidiendo que se concentrara en la situación.
Ambos bajaron del carruaje, seguidos por los soldados de Nile. Caminaron rápidamente hasta el portón del edificio, donde entrenaban los nuevos reclutas de la policía militar. No pudieron evitar llamar la atención a su paso, por lo que Nile debió hablar con alguno de los entrenadores para que los soldados no descuidaran sus ejercicios.
Erwin permaneció en silencio limitándose a seguir los pasos de Nile, él se podía desenvolver mejor en aquel lugar, después de todo. Luego de conversar con algunos otros entrenadores, lograron ubicar a Einar en un entrenamiento de fuerza que apenas empezaba, por consiguiente lograron que lo enviasen con ellos.
Nile también se encargó que les concedieran una estancia vacía del lugar, de modo que se dirigieron al lugar en cuanto finalizaron las conversaciones con las personas necesarias.
– Ya viene en camino, solo queda tu parte. – comentó Dok observandolo con seriedad, cruzando los brazos.
– ¿No participarás? – preguntó Smith con un poco de sorpresa.
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Complément parfait (Eruhan fanfic)
RomanceAquello nunca fue destinado a suceder, más cada vez que se frecuentaban, no podían evitar que sus corazones latieran más rápido por la presencia del otro... Erwin y Hange han mantenido su relación en secreto, debido a que no planearon enamorarse co...