-uno-

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Un castaño se mantiene tumbado en el fresco pasto del jardín de su casa con los ojos cerrados.
Aspira, disfrutando del olor de la hierba bajo suyo. Extiende sus manos notando la sensación de las hojas puntiagudas bajo sus dedos.

—¡Ty! Pequeño, la comida ya está — escucha la voz suave de su madre y sonríe. Se levanta y la contempla en la entrada principal de la casa. Su pelo rubio cae por sus hombros con delicadeza y sus ojos brillan por la luz del sol.

Hoy está más azul que nunca. Un azul cielo, muy bonito.

—Ya voy mamá — se levanta y se dirige dentro de la casa. Su padre, ya sentado en la mesa se mantiene mirando la televisión.
Ty achica los ojos detallándolo. El color de su padre es naranja.
Sonríe, porque siempre los colores de sus padres han combinado perfectamente.

No recuerda el momento exacto en el que comenzó a hacer eso. A ver colores a la gente, a números y letras. A también ver colores cuando toca una melodia en su pequeño ukelele. A sumar los números de las matrículas que encuentra en la calle. A no avanzar un paso sin observarlo todo a su alrededor y ver la paleta de colores que lleva años identificando.

Sabe que no mucha gente puede hacer eso, pero no se siente mal consigo mismo. Le gusta, es más.

Tiene miles de cuadros en su cuarto, porque cuando ve algo que le impresiona le gusta reflejarlo en un lienzo, para no olvidarse de ello.

Como el día en el que conoció a Patrick, su mejor amigo. Uno de los amarillos más bonitos y alegres que había visto en su vida, aquel primer día de instituto le había llamado la atención.

En su lienzo se plasmó a sí mismo junto a Patrick, todo el cuadro pintado en tonos amarillos.

—Cariño, mañana es lunes. ¿Has preparado todo para tu primer día? — Tyler asiente con suavidad ante la pregunta de su madre. Realmente cree que no necesita ir a aquella terapia en grupo. No conoce a nadie. Pero no es mala oportunidad para hacer amigos nuevos. Supone.

—¿Te sientes listo, Ty? — la voz grave de su padre resuena en sus oídos y vuelve a asentir con una pequeña sonrisa. Le gusta que sus padres sean tan atentos con él y se preocupen. Desde que tiene uso de razón lo han hecho.

...

—¡Ty! — Patrick corre al encuentro de Tyler, y cuando éste escucha su nombre levanta la mirada del suelo y la fija en su mejor amigo. Casi le cega el amarillo brillante de su figura dirigiéndose hacia él. — ¿Cómo estás? — dirige su mirada al resto de compañeros que entran en la puerta del instituto.

—Bien— sonríe un poco y mantiene gacha su mirada mientras a su lado su mejor amigo le habla.

—Han inaugurado un campo de baloncesto al lado de mi casa, ¿quieres venir esta tarde a jugar? — Ty duda un momento antes de negar con la cabeza. Patrick hace un puchero.

—No puedo— El castaño duda si contarle— Tengo que acompañar a mi mamá a hacer la compra

—Oh, vale— Patrick asiente, pero no se rinde — ¿Te parece entonces mañana?

—Claro — Ty asiente y sonríe un poco. — Ésta vez a ver si consigues ganarme

—Por ser bajito no te cogen en la NBA— Patrick le saca la lengua molesto

—¿Vas a hablarme tú de altura? — Tyler ríe un poco y apoya su antebrazo en el hombro de su mejor amigo, haciendo notar la diferencia de altura

—¡Ya déjame! ¡Tyler Joseph déjame, me enfadé! — Tyler abraza con fuerza a Patrick quien se debate por escapar de sus brazos

—Yo también quiero un abrazo—una voz femenina sorprende a ambos, que se giran y ven a una peliazul sonriente caminando a su lado

—¡Halsey! —  Patrick saluda con su mano a la chica y Tyler la sonríe, identificando un color en ella tan azul casi como su pelo, un azul un poco oscuro.

Tyler conoce algunos de los aspectos oscuros de Ashley, no todos, pero los colores que sus orbes chocolates identifican le ayudan a saber cómo es una persona. Es una especie de intuición a través de los colores que percibe. Y Halsey es una buena persona, con secretos oscuros.

Pero su creencia en la ausencia de maldad en la gente es más fuerte. Y se niega a investigar acerca de ello.

—¿Qué toca ahora? — la chica agarra las correas de su mochila con la sonrisa marcada en su rostro. Patrick por fin se deshace de Ty

—Historia, me parece— Patrick suspira y Ty soba sus ojos con sueño

—Creo que dormiremos la hora que nos ha faltado a todos — Halsey concluye y Ty asiente.

...

—¿Estás seguro de esto, papá? — Ty agarra su mochila con algo de inseguridad en el último momento.

Se encuentra dentro del coche, junto a su padre, observando el edificio donde tendrá la primera sesión de terapia. Le invade el miedo, algo que lo le suele ocurrir a menudo.

El naranja de su padre hoy es ligeramente oscuro. Está preocupado.

—Ty, creo que no sería nada malo hablar de tus problemas con más gente y buscar apoyo a parte de nosotros.

—P-pero… — la mano de su padre se posa sobre su hombro y lo acaricia

—Puedes hacerlo, Ty. Eres un chico extraordinario, y un poco de ayuda no te vendrá mal— Chris sonríe calmando al castaño, que asiente y sale del coche dirigiéndose a aquel extraño edificio.

Para distraerse salta sobre las baldosas del suelo, sin pisar las líneas. Sonríe un poco y se calma un poco más.

Al levantar la mirada observa a un chico entrar al mismo sitio donde tiene que ir. Frunce el ceño extrañado, una mata de pelo verde le llama la atención.

Y entonces se olvida del miedo y cruza la pesada puerta de cristal.

Estoy muy emocionada con esta fic :)
Ojalá les guste tanto como a mí ❣️

—🌵❤️

SINESTESIA ; Joshler [HIATUS] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora