Mi vida antes

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Isao abrió los ojos y se encontró una profunda penumbra, en la cual solo podía percibir algunas sombras.

— ¿Dónde estoy? — se preguntó así mismo.

—Hola, hola, hola, H—O—L—A —gritó con temor y la respuesta fue un silencio total.

Empezó a caminar tratando de encontrar algún indicio de donde se hallaba, de repente un sonido parecido al agua se escuchó cercano a él. Al seguir caminando el sonido aumentaba, pronto pudo apreciar una pequeña luz, a la cual sin pensarlo se dirigió, parecía estar saliendo de un corredor.

Cuando Isao alcanzó la luz entró a lo que parecía un pequeño claro. Pero todo en este era tenebroso, árboles secos, agua turbia, tierra oscura, además el sonido que había escuchado era provocado por una pequeña rama que estaba cerca del agua y con el soplido de la brisa la rama se azotaba en el lago, todo un escenario que parecía haberse sacado de alguna película de terror.

—Hola, ¿hay alguien aquí? —El sonido de la brisa fue su única contestación. Desesperado volvió a gritar, esperando una respuesta, la cual no llegó.

Mientras él gritaba, neblina empezó a brotar del lago, poco a poco. Él no pudo ver más allá de un metro de distancia, al notar esto, sus piernas comenzaron a temblar y su corazón a latir rápidamente, provocando que gritara —auxilio, auxilio, que alguien que me ayude—, continúo gritando hasta que un sonido parecido a una voz se escuchó. Puso atención y sí, era una voz femenina; esta parecía llamarlo.

Agudizó sus sentidos, tratándose de enfocar en si había escuchado bien, para su sorpresa no había ninguna duda, lo estaban llamando, Isao volvió a escuchar, esa voz cada segundo era más cercana. Hasta que este parecía provenir enfrente de él, movió los brazos para disipar un poco la neblina y dejar ver la persona que lo llamaba, pero no sirvió de nada, él no podía ver quien mencionaba su nombre.

—Bienvenido a mis dominios. — Se escuchó frente a él, dio un paso para ver si podía distinguir algo, pero no había nada.

—Pensé que sería más difícil atraparte. —Mientras Isao escuchaba esto, vio formar a la neblina lo que parecía una mano humana que trató de sujetarlo.

Al percatarse, Isao comenzó a correr sin rumbo.

–No trates de escapar, no podrás huir. — Él pudo jurar que alguien lo seguía, pero no tenía al valor para voltear a ver.

—No huyas.

Al escuchar esto giró la cabeza instintivamente pero no vio nada, al siguiente paso se tropezó y cayó. Al darse vuelta para incorporarse vio como la neblina formaba una figura femenina.

—Ya eres mío. — Escuchó mientras la mano de la mujer lo asió del brazo.

— ¡NO!— gritó mientras abría los ojos, lo primero que vio fue un techo ya conocido por él, uno azul claro, pues era el color favorito de su mamá. Se fue incorporando poco a poco, aún teniendo la sensación de la gélida mano que lo había tomado.

Él se encontraba en su cuarto, vio la tele que tenía enfrente de su cama, el ropero que por su flojera escupía la ropa, giró y a su lado estaba su celular, observó que eran las 3:00 am, inhaló y sintiéndose seguro exhaló. Sus pensamientos seguían sujetos a lo que le había sucedido, otra vez esta pesadilla, ya dejé de comer cosas pesadas antes de ir a la cama, pero esa última quesadilla estuvo riquísima, o habrá sido... la película, la siguiente vez que mi papá me invite a ver películas de terror le diré que no. Bien, ya estoy tranquilo, trataré de dormir, mañana es mi último día de clases, por fin terminé mi primer año en la prepa y ya me aburrí, sobrevivir en la escuela es difícil. Con este último pensamiento, Isao se acurrucó para dormir.

Yaokiski "el guerrero novato"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora