La neblina

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Isao abrió poco a poco los ojos, bostezó con pereza, cuando unos ruidos de su casa lo terminaron de despertar; el alboroto de su casa era tanto que se asemejaba a una manada de animales luchando por comida. Su mamá subía y bajaba las escaleras, haciendo un rítmico chas, chas, chas de pisadas. Corrí para guardar todo lo que se llevaría, el lunch, la cámara, el equipaje y cualquier cosa que creía que le iba hacer falta para su viaje.

Isao se recostó de nuevo y fijó su mirada al techo pensando en su amada, y lo que haría para verla hoy, se le ocurrieron varias ideas para no ir de viaje, entre la cuales figuraron fingirse enfermo, pero conociendo a su mamá nunca permitiría que se quedara. De esta manera se incorporó para observar la maleta que él había hecho la noche anterior la cual contenía ropa para dos semanas, shorts para ir a los ríos, y botas para subir a los cerros ya que la última vez que fue había roto sus tenis.

Pero faltaba lo principal, guardar todos los gadgets para viajar, entre los cuales figuraban un teléfono celular y un videojuego portátil, solo serán 2 semanas, lo puedo soportar se dijo así mismo suspirando, a Isao le podían faltar ropa interior o chamarras, pero no podía abandonar sus gadgets.

Un nock continuado de ya levántate se escuchó detrás de su puerta, era su mamá apresurándolo.

—Ya voy —contestó él mientras salía de su cuarto. Bajó las escaleras mientras su mamá le decía que se apresurara, a lo que replicó preguntando por el desayuno, ya que él ya tenía hambre.

—Tu papá lo comprará en el camino. — Fue la respuesta tajante y apresurada que salió de la boca de su mamá. –Sube todo a la camioneta. —Fue la última indicación que tuvo antes de ver como su mamá cerraba todo con llave.

Isao subió su maleta a la parte trasera de la camioneta y un pequeño morral en la parte de adelante y se sentó.

— ¿Ya fueron al baño?— su mamá les pregunto a los dos, a él y a su papá.

—Ok todo listo, vámonos—fueron las palabras de su papá antes de encender el motor del carro. De repente un grito se escuchó.

— ¡Alto!— su mamá volteó y preguntó si nada se les había olvidado, es así que repasaron un listado de cosas cómo:

- Avisar a los vecinos.

- Cerrar todas las llaves.

- Cerrar todas las puertas con llave.

- Las maletas.

- Pelambre.

Sí se les había olvidado el perro, por lo cual mandaron a Isao a abrir el portón y subir a Pelambre que se les había olvidado.

Ahora sí, con todo listo comenzaron su viaje, en su recorrido pasaron frente a la casa de Vicky, Isao deseaba verla una vez, por lo que le pareció verla en la ventana de su casa.

Como era de costumbre sus papás se iban peleando por ver quien ponía su música para acompañar el camino. En esta ocasión su papá ganó y puso la música de su gusto. Lo único que hizo Isao fue ponerse sus audífonos, prendió su videojuego y se dispuso a jugar.

Isao ya se sabía el trayecto. No era fuera de lo común para él, primero tomarían la salida a la México-Puebla de ahí toda la pista hasta pasar el centro de Puebla y encontrar la desviación hacia Veracruz. Durante todo este trayecto sólo miraba como Pelambre se acomodaba en el asiento de al lado.

Antes de seguir su trayecto bajaron a desayunar, de ahí siguieron su camino en la México-Córdova, luego la desviación a ciudad Serdán, después de esto el paisaje se ponía interesante debido a que se atravesaban tres climas distintos; el primero era desértico con piedra caliza, con casi nada de vegetación, después continuaba un bosque de coníferas con riachuelo era una vista hermosa y fría, lo siguiente era la sierra, en esta parte todo era húmedo.

Yaokiski "el guerrero novato"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora