Regresando a su casa, los papás de Isao desempacaron y descansaron, por su parte él hizo lo mismo, sólo que en vez de descansar se puso a jugar su video juego.
No pasó mucho tiempo antes que las ideas de muchas cosas comenzaran a ocupar su cerebro, el sueño raro, la niebla y por supuesto a Vicky, lo cual lo distrajo del juego y terminó perdiendo varias veces, lo que le frustró e hizo que apagara su gadget, tomó su celular para encontrar un "sin señal", se le había olvidado, en el pueblo no había señal de teléfono, por lo cual puso música en él y se dispuso a dormir.
—Isao despiértate, ya despierta flojo— la voz de su mamá lo sacó de su sueño —. Tu abuela te está esperando, tu papá está encendiendo la fogata así que ve ayudar.
En los viajes de Isao esto ya era algo clásico, la primera noche que llegaban, prendían una fogata, tomaban café y comían pan de pueblo, mientras la abuela les narraba mitos del México prehispánico.
Isao se incorporó y salió de la casa, vio que ya estaba la fogata encendida y el café de olla ya se estaba calentando, Isao ayudó a sus papás a colocar sillas alrededor de la fogata, al terminar llamaron a la abuelita.
Ya estaban todos sentados, hasta Pelambre a lado de sus amos.
La abuela preguntó:
— ¿Qué les contaré esta vez?
—La del origen de los dioses— pidió Isao.
Sin pensarlo la abuela comenzó su narración:
—En el origen de los tiempos, en la tierra no había nada, el dios Ometéotl (1 dios) era el único que existía, pero un día se sintió solo por lo cual se dividió a él mismo en dos, una parte masculina y otra femenina. La parte masculina se le conoció como Ometecuhtli (1 hombre) y la femenina Omecíhuatl (1 mujer) de la unión de ambos nacieron los primeros dioses, los regidores de los cuatro puntos que en conjunto gobernaban el mundo. Estos eran Tezcatlipoca (espejo humeante) regidor del norte como a su vez de la tierra, Tláloc (néctar de la tierra) regidor del oeste y del agua, Huitzilopochtli (colibrí azul) regidor del este y del fuego, y por último Quetzalcóatl (serpiente emplumada) regidor del sur y del aire. Cada uno con su elemento y su región. Todos hacían que el equilibrio del mundo se mantuviera, todos fungían su papel, crearon la luz y la oscuridad.
— ¡Nunca entenderé por qué crear la oscuridad! — expresó Isao.
—Hijo tienes que entender que eso forma el equilibrio; los contrarios. Aparte de su regiones y elementos, dos de ellos tendrían que llevar una misión más, controlar las criaturas que habitaban por el día y por la noche a Tezcatlipoca le correspondería regir sobre las criaturas nocturnas y a Quetzalcóatl le tocarían las diurnas.
— ¿Entonces Tezca era malo? — preguntó Isao.
—Te recuerdo hijo que cuidar de la noche no es algo malo mientras haya equilibrio, el problema sería si se rompe, en otras palabras, el caos es lo más destructivo que hay. El equilibrio es lo que hace funcionar al mundo.
La noche se hacía larga y el café se hacía poco.
— ¿Y luego que pasó con los cuatro dioses? Eso nunca me lo has contado – preguntó con curiosidad Isao.
—Eso es otra historia —contestó la viejecilla—, será otra noche cuando te lo cuente, porque el sereno ya baja y hay que ir a dormir.
Después de esto, todos se levantaron, el papá de Isao apagó la fogata, mientras tanto la mamá ayudaba a la abuela a guardar el pocillo con el café e Isao recogía las sillas. Al término todos se retiraron a sus cuartos.
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Yaokiski "el guerrero novato"
FantasyUn muchacho común, con problemas como cualquier otro, se encuentra de repente en una guerra entre los dioses prehispánicos aztecas que ha durado miles de años. Isao en japones significa honorable, acompañado de Axiltoc, un aprendiz de nahual y July...