Cuando solemos terminar una relación nada nos saca de nuestra habitación la cual tiene mil y un recuerdos con esa persona, te aferras a un oso, o a la almohada con su olor y hasta algunas fotos que puedes tener por ahí, te aferras a canciones que escuchaban juntos y resulta que ya no las soportas, si fuera por ti desearías que esa canción se borrara de tus recuerdos pero aún así, entre fotos, canciones, olores y peluches siempre... Siempre encuentras algo, una esperanza que te dice "si ella me pidiera volver lo haría" porque de cierta forma el masoquimo duele, pero es una forma de placer y el placer mueve el mundo.
- LUJURIA
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