Capítulo 8: No te lo permito

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Juvia despertó en el gremio, pudo comprobar que todos estaban aun durmiendo y tenía entre sus manos la bufanda de Natsu pero no había rastro de él. Algo le decía que el joven tenía un problema muy gordo que no podía decir. Era muy extraño que le diera su bufanda favorita.

—Natsu-sama...—apretó los puños y salio corriendo del gremio.

Era de día y el sol le pegaba en el rostro molestando su visión pero entonces al pensar en la idea de perder a Natsu el cielo se nublo. Llevo las manos a la cabeza como activando su radar y lo siguió por toda la ciudad hasta que en uno de los caminos se encontró al joven que iba dirección fuera de la ciudad.

—¡Natsu-sama!—el chico se giro sorprendido de haber sido alcanzado.

Ella se lanzo a sus brazos y cayeron al suelo, ella le miro y se puso a llorar mientras él observaba todo con un rostro triste.

—Si algo preocupa a Natsu-sama, Juvia hará todo lo que sea—dijo llorando.

Natsu la rodeo con los brazos para abrazarla, luego ella lloro largamente mientras el dragon slayer le decía que todo estaba bien y que le perdonase.

—Lo siento, pero me queda poco tiempo de vida—dijo entre lagrimas.

—Juvia...Juvia encontrara la cura—había dejado de llorar y le miraba seria.

—Gracias...pero no creo que lo haya y—ella le planto un beso con pasión, sentía rabia porque casi pierde al chico que quiere.

—Juvia piensa que Natsu-sama ha sido malo, deberá compensar a Juvia—inflo los mofletes.

No pudo oponerse, ella arrastro al joven hasta la casa donde permanecieron ambos juntos y donde él le puso al corriente de su enfermedad. Juvia escuchaba atentamente todo la explicación del joven con gesto serio.

—Juvia entiende lo que Natsu-sama quiere decir, Juvia ayudara en todo—apretó el puño decidida.

—Gracias Juvia—al alzar la vista vio a Juvia quitándose la ropa.

Se puso algo rojo y sobresaltado.

—¿Q-qué haces?—pregunto sin salir de su asombro.

—Juvia cree que el amor cura todas las enfermedades—parecía muy confiada en todo lo que decía.

No hubo tiempo para replicas y ambos manifestaron su amor, Natsu trato de resistirse pero el amor y fuerza de Juvia fueron muy superiores.

El mago fue el primero en despertar, se sentía algo magullado, le dolía la espalda y las piernas. En cambio ella dormía plácidamente a su lado, feliz, le dio un beso en la mejilla y se acomodo en la cama para seguir durmiendo.

Temía que su enfermedad no fuera curable, que todo se acabara ahora que tenía una vida junto a una chica tan fiel y cariñosa como lo era Juvia. Aunque cabe recalcar que tenía una manera muy curiosa de demostrar su afecto pero no le molestaba.

Juvia despertó y se desperezo feliz.

—Natsu-sama—dijo canturreando feliz y girándose para abrazarle. Pero no estaba allí.

Se asusto de que volviera a hacerlo así se levanto y se fue a buscarlo, entro al baño y allí lo encontró meando.

—Juvia pensó que había vuelto a abandonar a Juvia y...—se quedo mirando el atributo de Natsu. —así que así mean los hombres—dijo roja y sin dejar de mirar fijamente.

Tras este incidente fueron a desayunar, para prepararse  para buscar una cura y salvar la vida de Natsu.

—Juvia hará lo que sea—pensaba terminando su desayuno.

Natsu al verla así solo pudo sentir felicidad de haber tenido la suerte 

Hada de Agua(Navia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora