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Agitado y asustado, un pequeño zorro se escondía entre los arbustos haciéndose cada vez más pequeño en si mismo al escuchar los aullidos, que más bien parecían chillidos, provenientes de los guardias que lo buscaban. Hace horas que llevaba escapando de ellos, sintiéndose orgulloso de si mismo al haberlos engañado varias veces al confundirlos con su aroma, restregando su menudo cuerpo en árboles para que su dulce aroma a moras quedará impregnado en ellos.

Pero ahora, estando más cansado y hambriento, no tenía otra opción más que esconderse, estando a la espera de ser encontrado o, lo que más anhelaba, que lo dieran por perdido y se fueran.

Para su desgracia, eso no pasó.

-¡Lo encontré! -Emitiendo un fuerte chillido al ser alzado por su cola comenzó a lanzar mordiscos al aire, escuchando la risa del chico que lo llevaba colgando.- Para la próxima, ocupa neutralizador, Jimin.

Quedándose quieto al fin se rindió, dejando que aquel chico de sonrisa radiante lo tomase correctamente, cargandolo entre sus brazos para volver junto a los guardias. Fácilmente podría morder los brazos del chico y echar a correr otra vez, pero no podría, jamás le haría daño a su hermano mayor, el único alfa que nunca intento someterlo.

A la lejanía vio el fornido cuerpo de su padre, de brazos cruzados y ojos feroces, listo para comenzar a regañar por milésima vez a su segundo hijo. O al menos eso esperaba Jimin.

-Hoseok... -Habló fuerte, refiriéndose al sonriente chico que lo cargaba.- Lleva a tu hermano a su habitación, que se bañe y vista correctamente, en media hora lo quiero en mi despacho.

Frunciendo su ceño apretujo el cuerpo del zorro entre sus brazos, teniendo un muy mal presentimiento pues no era algo normal de su padre no regañar a su hermano, lo cual hacia cada vez que este intentaba escapar o se metía en problemas.

-Padre ¿No regañaras a Jiminnie por escapar?

El hombre de rojizo cabello negó suspirando, descruzando sus brazos y volteando hacia algunos habitantes del pueblo que miraban la escena con interés, aunque era bastante común ver las peleas entre el líder de la manada y sus hijos, nunca se aburrían de tales discusiones.

-Me rendí con tu hermano, si él no quiere aceptar su estatus como omega, tendré que tomar represalias. -Con eso último dejó a sus hijos solos, entrando a la gran casa en la que vivían, yendo directo a su despacho.

Ambos jóvenes se miraron extrañados, siendo Hoseok el primero en sonreír al ver lo tierno que su pequeño hermano se veía en su forma animal. Sin más entró a la casa, caminando a paso veloz hacia las habitaciones y entrando en la del pequeño zorro, viendo en la cama de este a una joven de rojizo cabello al igual que Hoseok y su padre.

-Hola oppa, veo que atrapaste a Jimin. -Murmuró la chica, sentándose de piernas cruzadas en la cama del antes nombrado, alisando su lindo vestido para que cubriese su ropa interior, aunque sintiera confianza con sus hermanos, debía mantener su apariencia femenina.

-¿Creíste que no lo haría, Jisoo? -La chica se encogió de hombros, colocándose de pie.- Eres una mala hermanita.

-Paso mucho tiempo con Jimin, ¿Qué esperas?

-A mi no me metas en tus mierdas, fea. -Una vez en el suelo se permitió cambiar a su forma humana, viendo con desagrado a su hermana menor, aunque sólo era fingido.- A la próxima que vuelvas a agarrarme de la cola, te morderé muy feo, Hoseok. -Volteando hacia el pelirrojo lo vio reír, alzando sus manos inocente.

Igneous【myg+pjm】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora