Santiago
La noticia me había caído como si un iceberg me hubiese golpeado de la manera más cruel del mundo.
-¡Colombia mamá! ¿Estas segura?- escucho que dice Julio, mi primo.
-Sí hijo nos iremos en un mes- confirmo mi tía.
Un terror se apodero de mi cuerpo de manera inmediata y todos a mí alrededor lo notaron.
-¿Qué opinas tu Santiago?- dijo Victoria, la esposa de mi tía.
Alce la mirada y la fije en sus ojos almendrados que me miraban con el cariño incondicional de una madre, quería devolverle el gesto, decir que no había problema y que no pondría ninguna objeción, pero no fue así.
-Por mí se pueden ir tranquilos, yo me quedare- dije tratando de sonar calmado.
Me levanto para irme pero la pequeña y pálida mano de Colín me sujeta con fuerza la muñeca haciendo que vuelva a sentarme.
-Puede ser una experiencia positiva para todos- dice ella sonriéndome.
Si no me estas entendiendo te contextualizo un poco. Mi tía Franccesca Ferri y su esposa Victoria eran fundadoras y directoras de una casa-hogar reconocida en muchos países, ella acogían a jóvenes sin casa, con familias que los maltrataban o en estado de pobreza, entre todos esos jóvenes me encontraba yo, desde hace un poco más de 10 años vivía con ellas y otros seis jóvenes que conformaban mi "generación" en ese lugar, los otros ya adultos y con hijos se iban dejando el recuerdo de su generación. La casa se ubicaba en Venezuela, en una zona de Caracas que para acceder a ella tenías que tener carro, todos estábamos felices y cómodos viviendo aquí, pero los problemas económicos hicieron que fuese difícil seguir en el país que nos dio un hogar a más de uno de nosotros y la solución de mi tía era irnos al país donde ella y yo nacimos, no me mal interpreten pero en ese lugar pase por diecisiete años de tortura constante y no quería que se repitiera la historia apenas pisara suelo colombiano.
-No quiero irme, no a Colombia- susurre pegando mi cabeza a la de Colín, esa chica es como mi hermana.
-No te pasara nada- la voz de mi tía me hace levantar la cabeza- yo me encargare de eso, lo prometo- me lo dijo mirándome directo a los ojos y algo en mi interior le creyó.
Solo suspire mirando a las personas que han sido mi familia por los últimos 10 años y que lo serán hasta el final de mis días, todos me miran con apoyo.
-Está bien- digo con la mirada fija en el suelo.
Siento los brazos de mi hermana rodearme con emoción y eso me hace sonreír.
Una semana después cuando estaba terminando mi turno en la discoteca donde trabaja un mensaje en el privado de Instagram me sorprendió un poco.
Hola Santiago Ferri, me llamo Juancho y soy el representante de una agrupación llamada Ventino
No entendía muy bien lo que pasaba pero de igual forma le respondí.
Hola Juacho 👋👋
No esperaba que respondía, eran las seis de la mañana de un domingo. Conduje a mi casa y al llegar tome una ducha muy larga y cuando salí tenía otro mensaje.
Pense que no me responderías jajaja, bueno como te dije antes soy el representante de un agrupación femenina llamada Ventino y... bueno nos gustaría trabajar contigo
La propuesta no me pareció rara, ya había trabajado con diversos artistas antes. Ya vestido fui a la cocina por un vaso de agua.
¡Claro! Por supuesto perooooooo... de donde me escribes?
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DESTINO
FanfictionEs increíble como en una noche tu vida puede cambiar, el día anterior estar en la cima del mundo y después estar en el barro. Correr por tu vida teniendo en mente que esa sera tu ultima noche respirando y luego... como si Dios te indicara el camino...