Capitulo 7: Lo amo a él, no a ti

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Natalia

Había pasado un mes desde lo que paso en el estudio, un mes en el cual las peleas estaban siempre a la orden del día, ninguno de los dos parecía querer ceder ante esas discusiones que eran tan tontas y sin sentido, y para mi mala suerte las palabras de Santiago no dejaban de sonar en mi cabeza. "Tú sabes muy bien lo que quiero, siempre lo has sabido" desde entonces siempre que lo veía en el estudio esas palabras llegaban a mi memoria y con ellas el día en que me dijo lo que sentía.

Flashback

Hoy era el cumpleaños de Santiago y le tengo una sorpresa preparada, estoy esperando a que aparezca por la ventana.

-Hola Nati- escuche su voz cansada.

- ¡FELIZ CUMPLEAÑOS NUMERO 16! - dije dándole un gran abrazo y dejando muchos besos en su mejilla.

-Gracias- dijo con una sonrisa cuando me separe un poco de él.

-Cierra los ojos y no los abras hasta que yo te diga- le dije con tono amenazante.

Fui corriendo al otro extremo de mi habitación y encendí la luz.

- ¡Ábrelos! - dije emocionada.

Él me hizo caso y su expresión me lo dijo todo.

-Na... Nat... Natalia- sus ojos miraban para todos lados- ¿qué es todo esto? - dijo acercándose a mí.

Decore mi habitación con globos de diversos tonos de azul y amarillo, que son sus colores favoritos. Me acerque a él tomando sus manos.

-Es por tu cumpleaños- dije con emoción. - nunca me dejas hacerte nada por tu día especial, así que lo hice sin decirte.

-No necesito nada, solo necesito que tu estés conmigo para poder pasas un día feliz- dijo con dulzura.

Le di un abrazo a lo que él respondió rodeando mi cintura con sus brazos para alzarme y darme vueltas, cuando me baja no puedo dejar de reír.

-Eres la mejor de todo el mundo- dijo con la voz temblándole de la emoción.

Le cante feliz cumpleaños mientras sostenía un pequeño pastel que había preparado mi mamá horas antes. Hablamos y comimos pastel hasta que se acabó, le di su obsequio que aceptó a regañadientes, una pulsera que tenía nuestras iniciales.

-Tú tienes una y yo tengo la otra- dije mostrándole mi muñeca derecha dejando ver una pulsera exactamente igual a la que le regale.

Se la puse.

-Gracias por este espectacular cumpleaños- dijo sentándose en la orilla de mi cama.

-Todavía falta una cosa- dije con complicidad.

- ¿Hay más? - pregunto con una sonrisa.

Solo asentí y me dirigí al armario donde me calce y me puse un abrigo, regrese y el me miro extrañado.

-Vamos a ir de paseo- dije sonriente.

- ¿De paseo, a mitad de la noche? - dijo crédulo.

-Sí.

-Natalia, es peligroso- dijo preocupado.

-Quiero hacerlo- dije haciendo un puchero- quiero poder estar contigo en otro lugar que no sea mi cuarto o mi casa.

Me miro con el ceño fruncido teniendo toda la intención de negarse así que le hice ojos de perrito, esos con los que sabía que él nunca me negaba nada, solo tomo unos segundos para que suspirara poniendo los ojos en blanco.

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