Capitulo 2 La Verdad Callada Siempre Duele Mas

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Kurt había vuelto como lo había prometido, estuvimos charlando un largo rato y me entretuve más de lo que esperaba.

-¿y cuanto tiempo mas tendrás que estar aquí?- indago el castaño.

-pues me han dicho que se me fracturo una costilla así que necesito por lo menos 3 días en observación-Kurt asentía a medida que yo hablaba- así que ¿seguirás viniendo a visitarme?

Realmente quería saber más sobre él, ya no me importaban todas las recomendaciones que me habían hecho los médicos y mi propia familia acerca de no involucrarme con otras personas, además que daño podía hacer si conocía un poco al castaño, tal vez cuando llegara mi momento le caerían un par de lagrimas y fin del asunto, no estaba pensando en tener una relación de amigos íntimos, o tal vez sí, que mas daba, quería conocerlo, quería saber de él, de su familia, de sus secretos y me sentía ansioso por descubrir como era su vida, quienes eran sus amigos, cuál era su programa favorito. No quería que mi enfermedad estuviera en el medio, que me molestara para evitar que conociera a este chico. No dejaría que eso pasara, esta vez seguiría a mi corazón.

-claro que volveré- me contesto seguro el castaño- ¿sabes? Ayer creí que eras un chico amargado, de malos tratos y mal agradecido- no pude evitar sonrojarme, el muchacho se rio- pero igualmente quería averiguar porque eras así y hoy me sorprendes con una persona totalmente diferente, me agradas de verdad.

Le sonreí y me quede mirándolo pensativo.

-tal vez teníamos que conocernos- el castaño rio.

-¿te refieres a que no existen las coincidencias?- asentí, el muchacho dejo de reír- tal vez, tal vez tenía que conocerte Anderson.

-tal vez- tal vez había sido enviado para hacerme disfrutar mi corta estadía en la tierra, pensé. No dije nada mas solo me limite a sonreírle.

El tercer día de mi internación Kurt me trajo unas revistas con crucigramas para que me entretuviera.

-así se te pasara el tiempo más rápido- el castaño apoyo su mano sobre mis risos y los acaricio suavemente, luego suspiro-no me atrevía a preguntarte Blaine, pero tampoco puedo callarme, ¿Dónde está tu familia?

Realmente me sorprendió la pregunta. No quería decirle la verdad, que no había llamado a mis padres porque pensarían que estaba mal por mi enfermedad y se preocuparían demasiado. No quería que se enterara que vivía con mi abuela por el hecho de que allí me sentía tranquilo y ella no me molestaba ni me hacía preguntas por mi enfermedad. Entonces decidí mentir.

-están de viaje, los llame y les dije que no se preocuparan- le sonreí, el joven me devolvió la sonrisa.

-oh, está bien, ¿y por cuánto tiempo estarán de viaje?- lo observe al castaño, no le había entendido lo que me había dicho, de repente ya no oía nada y mis ojos se cerraron sin mi consentimiento.

El moreno me miro por un par de segundo, en  ese instante su piel se volvió pálida como un papel y cayó sobre la almohada completamente inconsciente.

-¿Blaine? ¿Qué te sucede?- lo tome por los hombros con desesperación y lo agite un poco, no respondía- ¡ENFERMERA!- grite exasperadamente, en unos segundos 4 médicos estaban alrededor de la camilla del moreno- no sé que le sucedió, estábamos hablando y se desmayo- un medico me tomo por los hombros y me sacó de la habitación- ¿estará bien?

Le pregunte asustado cuando salimos de la habitación, el hombre me miro seriamente.

-estará bien, pero necesito decirle algo ya que eres la única persona que lo ha venido a visitar  en este tiempo, tome asiento por favor- me senté en una de las sillas plásticas del lugar. Me preguntaba qué era lo que debía decirme que necesitaba que estuviera sentado, tal vez le había hecho algo muy malo el choque y todo era mi culpa. Lo mire expectante- mire Sr.Hummel, el paciente Anderson nos pidió que no le dijéramos nada, pero no puedo ocultarle esto después de lo que acaba de ver.

-dios mío ¿qué le hice? ¿El choque lo lastimo tan mal?-mi respiración se había agitado, estaba asustado, tenía miedo de haberle provocado un daño severo a ese chico.

-no, el choque solo le fracturo una costilla como usted ya sabe- el doctor apoyó su mano sobre mi hombro- el joven Anderson padece de una grave enfermedad, ya no se puede volver a tras, está muy avanzada y los tratamientos no surgen efecto en él, su historia clínica es muy amplia y a pesar de todo no se pudo hacer nada para curarlo y ampliar su expectativa de vida.

Sentía que el alma me había abandonado el cuerpo, ¿estábamos hablando de la misma persona? El joven que yo acababa de conocer estaba completamente sano a excepción de los golpes del choque, estaba bien, o tal vez solo parecía estar bien. No podía creer que eso fuera verdad, a pesar de que no lo conocía demasiado sentía como si a un familiar le estuviera ocurriendo algo terrible. Las lágrimas comenzaron a salir lentamente de mis ojos.

-¿qué es lo que tiene?- pregunte entrecortadamente, no estaba seguro de querer saber la respuesta.

-tiene cáncer.

No quiero que existasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora