Capitulo 3 La Decisión Más Difícil

145 9 0
                                    

No sabia que hacer, jamas habia conocido a una persona que tuviera una enfermedad tan grave, que podria hacer yo al respecto, como podria ayudarlo. Claramente tenia dos opciones, la numero uno y mas simple, que llevaba consigo un remorimiento de consiencia seria Huir, si me iba en ese momento no tendria que preocuparme por aquel joven y no sabria nada mas de el, pero no podia hacerle eso, yo no era una de esas personas que dejan avandonadas a otras cuando la cosa se pone dificil, y era ahí cuando llegaba a la segunda opcion, quedarme y acompañar al muchacho, ayudarlo a pasar lo mejor posible el tiempo que le quedaba y hacer lo posible por encontrar alguien que lo curara.

Tenia demaciadas ideas en mi cabeza, ya no me sentia nada bien despues de haberme enterado de eso. El doctor me miraba como esperando una respuesta.

-debo irme-anuncie y veloz como un rayo me aleje del hospital.

Necesitaba pensar, no podia negar que tenia miedo,  saber que una persona tenia esa enfermedad me hacia pensar que algun dia moriria y  a pesar de saberlo con anticipacion, no sufriria menos si llegara a querle, seria un camino dificil, por los altibajos que conlleva la enfermedad y obviamente  seria muy dificil el camino hasta el final.

Camine sin rumbo fijo por unas horas, hasta que al final de mi recorrido me encontre en la casa de Mercedes. Mi subconsiente me habia llevado ahí, necesitaba un consejo.

Entre en la habitacon de Mercedes, mi amiga me miraba con preocupacion.

-¿Qué sucede kurt? No tienes muy buena cara- no pude aguantarlo, me largue a llorar descosoladamente, Mercedes me rodeo con sus brazos y no me pregunto nada mas, solo espero a que yo le contara.

-es una dificil decisión Kurt- me dijo cuando termine de narrar lo sucedido- sabes que al final sufriras pero ¿en verdad crees que eso es lo importante? Pues todos sufrimos alguna vez por diferentes motivos, creo que Blaine te necesita Kurt, piensa, si su familia no lo ha ido a ver al hospital en todo este tiempo sabiendo la enfermedad que padece ¿no te parece un poco extraño? Yo creo que está solo y no te había dicho nada porque no quería que tú te fueras- la morena suspiro- no lo sé Kurt, deberías dejar de pensarlo tanto y empezar a escuchar a tu corazón ¿Qué es lo que sientes? ¿Qué es lo que te está diciendo ahora mismo?

Los ojos cafés de mi amiga se clavaron en los míos en busca de una respuesta.

-quiero estar con él-confesé- me agrada, incluso más de lo que me ah agrado cualquier chico en toda mi vida, quiero ayudarlo, pero tengo tanto miedo.

-¿a que le temes tanto Kurt?

Las lágrimas volvieron a invadir mi rostro.

-tengo miedo a que lo quiera demasiado, tengo miedo a enamorarme y que un día simplemente el me deje- la morena se sorprendió ante mis palabras- ¿sabes? Desde que lo conocí no puedo dejar de pensar en el, todo en él despierta una gran curiosidad en mí, tengo miedo de que este sentimiento se convierta en amor.

La morena me sonrió levemente mientras acariciaba mi mejilla.

-¿Kurt no crees que tal vez, a pesar del poco tiempo que pasaron juntos, tu ya estés enamorado? Tal vez tenías que encontrarlo, tal vez tú seas su milagro.

Me aleje caminando lentamente de la casa de mi amiga. Mercedes me había dado mucho en que pensar, realmente era la mejor consejera que conocía. Ella tenía razón, Blaine estaba solo, o por lo menos eso creía, el necesitaba de alguien que estuviera con él, que lo acompañara en una situación tan difícil, el me necesitaba.

Mi decisión ya estaba tomada, seguiría viendo a Blaine, lo ayudaría en todo lo que pudiera, inventaría una y mil maneras para que el lograra olvidar por lo menos por unos minutos a la enfermedad que padecía, en otras palabras seria como su ángel guardián.

Pensé que lo mejor sería no decirle que sabía de su situación, el había intentado ocultármelo y yo no lo presionaría para que me lo dijera, fingiría que no sabía nada hasta el momento en que el me lo contase. Todo saldría bien, teniendo fe en las palabras de Mercedes, yo podría hacerlo y tal vez encontraríamos juntos un forma de que se curara, o tal vez ese solo era un deseo o más bien una ilusión inalcanzable.

Después de mi descomposición Kurt no volvió al hospital por 2 días, había empezado a pensar que lo había asustado con esa demostración de decaída y se había ido para no tener nada que ver con alguien que tenía algún problema de salud.  Realmente me había deprimido esos días pensando en eso hasta que alguien golpeo la puerta de mi habitación.

-¿puedo pasar?- oí una melodiosa vos de otro lado de la puerta.

-claro pasa- Kurt entro a la habitación con varios papeles en la mano.

Mis ojos se abrieron como platos al verlo entrar, sentí a mi corazón latir rápidamente dentro de mi pecho, el había vuelto, no me había dejado.  Le sonreí.

-creí que te habías olvidado de mi- el me devolvió la sonrisa.

-claro que no, pienso todos los días en ti- me sorprendí ante aquella declaración y pude notar como los pómulos del castaño enrojecían intensamente- emmm –el castaño titubeo antes de poder volver a tomar el hilo de la conversación- estuve haciendo algunos trámites para ti.

-¿trámites?-indague confuso.

-si Blaine, está decidido-me entrego unas planillas de datos- te inscribirás en McKinley y vendrás conmigo al colegio, no voy a permitir que andes de vago por ahí, te pasare a buscar todas las mañanas por tu casa y caminaremos juntos hasta el colegio y para terminar vendrás al Club coral conmigo.

Estaba sorprendido de todo lo que había armado para mi, aunque realmente no me entusiasmaba tener que volver al colegio ya que al final no me serviría de nada, me entusiasmaba muchísimo la idea de pasar mucho tiempo junto al oji azul.

-te lo tenias bien preparado- me reí, el castaño sonrió triunfante.

-claro que sí.

Solo quería tenerlo lo más cerca posible de mí y el mayor tiempo posible, quería poder protegerlo en cualquier situación y estar junto a él si le sucedía algo. Sentía que era mi responsabilidad cuidar de Blaine. El moreno me sonrió yo lo observe expectante.

-está bien, iré contigo.

No quiero que existasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora