Capitulo 14 El secreto de Blaine

112 9 0
                                    

Sentía que mi mundo había acabado, y así era en parte, la persona que más amaba se había ido y no volvería.

Pude darme cuenta que los tramites pueden ser crueles y dolorosos, no podía soportarlos y finalmente mi padre y el de Blaine se hicieron cargo de todo.

Todos me abrazaban y me decían frases de apoyo, pero nada funcionaba, me sentía tan solo, no escuchaba sus palabras, nada tenía realmente importancia para mí, lo único que escuchaba era a mi mente con muchas preguntas, pero la más cruel y dolorosa era: ¿Cómo seguirás sin Blaine?

Todos abandonaron el lugar, solo quedamos mi padre y yo. Me encontraba en mi vieja casa, en la que había vivido 17 años de mi vida, pero simplemente no me sentía en casa.

Mi padre se sentó junto a mí.

-te mentiría si te dijera que el dolor desaparece luego-dijo mientras tomaba mi mano y la acariciaba tiernamente- pero puedo garantizarte que irá disminuyendo, con el tiempo ya no será tan doloroso.

Abrace a mi padre mientras lloraba en silencio. Tal vez era la única persona que podía entenderme realmente.

-duele demasiado-dije entrecortadamente.

-lo sé- mi padre acariciaba mi espalda lentamente- ya pasara.

Blaine había rechazado la idea de un entierro, hacia ya algún tiempo. Y me había sugerido el lugar para tirar sus cenizas.

Viaje solo, en mi auto con mis pensamientos, llorando de a ratos, recordando, jamás lo olvidaría, nada de lo que había vivido con él.

Pose mi mano en el dije del collar que Blaine me había dejado el día que había huido a la casa de su abuela para no hacerme sufrir. Lo acaricie entre mis dedos.

Llegue al prado, el de nuestro casamiento, un gran prado con flores blancas y mucho pasto verde. Solté las cenizas allí y en cuanto lo hice una gran ventisca se hizo presente y sentí unos brazos protectores rodeándome y un susurro del viento, unas palabras apenas pronunciadas un “no me olvides” mantuve los ojos cerrados y apoye mis manos sobre las que me abrazaban, abrí los ojos para verlo, pero no había nada allí. Volví a escuchar el susurro del viento, un “te amo”.

Me gustaba pensar que Blaine había estado en ese momento ahí, junto a mí, pero tal vez solo había sido mi mente que quería volver a escucharlo. Nunca lo sabría.

Exactamente tres meses después de la muerte de Blaine, su abuela falleció. Los médicos habían dicho que era por la edad, pero ellos decían eso porque no la conocían, cualquiera que hubiese conocido a aquella mujer y la hermosa relación que había mantenido con su nieto durante toda la vida hubiese sabido que la abuela de Blaine no murió de anciana sino de tristeza.

Dos días después del fallecimiento de la abuela de Blaine, decidí regresar a la casa de campo. No había vuelto desde la muerte de Blaine, no había querido hacerlo, pero algo me llamaba allí.

Llegue al lugar y aparque el auto bajo el duraznero. Entre a la casa, todos los aromas que había dentro me hacían acordar a Blaine. Algo llamo mi atención, sobre la mesa, era una libreta, un diario. Me acerque a la mesa y me senté, tomando el diario y rosándolo suavemente con la yema me mis dedos. Era un diario de cuero blanco gastado,  tenia cosido en la tapa “el diario de Blaine”. Sonreí ante eso, jamás lo había visto antes, pero sospeche rápidamente que Blaine lo abría dejado allí para que yo lo encontrara.

Kurt abrió el diario y leyó lentamente la primera página, estaba escrita con una letra temblorosa y tenia fecha del 2 de febrero de 2003.

2/o2/2003

Mi abuela me ha regalado este diario hoy,

creo que es interesante tener uno,

la abuela dice que aquí puedo escribir todo lo que quiera,

hasta mis secretos mas íntimos,

lo hare, pero no escribiré “querido diario”

porque eso es cosa de niñas,

así que solo pondré la fecha y escribiré debajo lo que quiero.

Kurt rio ante las palabras que había escrito el moreno cuando era tan solo  un niño y paso rápidamente de hoja.

7/02/2003

Hoy he ido con mamá al hospital para la quimioterapia,

Estaba esperando a que mi mamá dejara de hablar con el médico cuando lo vi,

Un niño de cabello castaño y ojos azules,

Caminaba hacia mí de la mano de su mama.

Ella lo hizo sentarse junto a mí y le dijo que se quedara allí.

Kurt, era su nombre, su madre lo había dicho.

Lo observe sin decirle nada todo el rato que estuvo allí,

El hizo lo mismo, pero luego volvió su mamá y se lo llevo.

Fue tan solo por unos segundos pero creo que me enamore de ese niño.

Si vuelvo a verlo, no dudare en hablarle y tomarle una fotografía.

El castaño observaba agitado las hojas del diario ¿podría ser? Se preguntaba a sí mismo. Entonces paso rápidamente de página.

24/02/2003

Hoy volví al hospital a hacerme un control,

Mi mama se alejo de mí para hablar con el doctor,

Y de la nada apareció el niño que había visto la otra vez,

Se sentó junto a mí como la vez anterior y hablamos un rato,

Por suerte había tomado la precaución de tomar la cámara de mi abuela y

Llevarla todos los días al hospital.

Nos saque una fotografía y Kurt me regalo su collar diciendo que me daría suerte.

Soy el niño más feliz del mundo. Ojala vuelva a ver al castaño.

Kurt tomo aire repentinamente, agitado, empezando a recordar, lo que le había sucedido en el año 2003, cuando tan solo era un niño de 8 años.

No quiero que existasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora