Epílogo

14 2 0
                                    

- ¿Te queda mucho Dafne?

- No sé cuál ponerme.

- Cualquiera te quedará bien.

- No seas mentiroso.

- No te miento.

- ¿Entonces aclararme una cosa?

- Dímelo.

- ¿Que finalidad tiene nuestra relación?

- Pues la normal, ser novios, si quieres nos casamos, vivir juntos y poco más.

- ¿Y hijos?

Ya salió el tema hijos de nuevo, era algo que nunca me había planteado, no me llamaba la atención ser padre.

- ¿Por qué esa obsesión por ser madre?

- Por que quiero serlo, tener algo de nosotros.

- ¿Y no vale una casa a nombre de ambos?

- Sí, Eso vale, pero igual quiero ser mamá.

- Pero dame una explicación.

- Por que quiero sentir una vida dentro de mí, un amor incondicional, por el cual yo daría mi vida sin pensarlo.

- ¿Sabes que odio tus movitos?

- ¿Por qué?

- Por que soy incapaz de negarme a quitarte ese deseo que tienes.

- Te quiero Xavier.

- Yo más Dafne.

Tres horas en la playa, nadando sin parar era agotador realmente, así que todo ir a la casa.

- Nunca me alegré tanto de estar recogida.

- Nos duchamos y nos vamos a dibujar.

- Me encantaría, pero prefiero ir a cenar.

- Bueno no está mal la idea.

- Te adoro.

- Yo también te adoro pequeña.

No podía estar más contento, las vacaciones con ella fueron increíble, era imposible imaginarlas mejores.

Cuando volvimos a casa de las vacaciones le pregunté, insistí más bien, de irnos a vivir juntos pero ella me decía que era una gran locura así que tocaba seguir insistiendo.

Pero quitando eso nuestro noviazgo era perfecto, no podía desear nada mas, era ¡PERFECTA! No cambiaría nada de ella.

Habíamos quedado, Liza y Jack, ya que Jack insistió en hablar con ambos.

Iba caminando hacia el bar y sentí como alguien se avanzaba sobre mí y golpeaba, como pude me lo quita de encima y empecé a devolverle los golpes.

-¡¿HIJO DE PUTA QUE TE CREES TÚ?!¡¿QUE IBA A QUEDARME QUIETO?!

- ME HAS QUITADO A MI MUJER, Y TU PUTO AMIGO TAMBIEN ME QUITO A LA MADRE DE MI HIJA Y ESPOSA.

- Yo no tengo la culpa que no sepas cuidarlas.

Comencé a caminar dejándolo retirado en el suelo, tenía que ir con Dafne y compañía y estaba echo un cristo.

- ¿Qué te ha pasado? - Me pregunto nada más llegar.

- Nada, no te preocupes. - Le respondí a Dafne, aún que ya estaba preocupada.

- ¿Crees que no veo tu cara? La tienes echa mixto.

- Hola Liza, Jack.

- Hola Xavier. - Me saludaron a unísono.

- ¿Me vas a decir? - Se cruzó de brazos.

Enamorado De Quien No DeboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora