En el único lugar donde pude refugiarme es con la Tata una tía-abuela, la mejor mujer del mundo a pesar de no ser familia directa, pero era más que la mamá que nunca pude llegar a conocer, fue la mujer que veló por mí cuando mi padre maltrataba a mi madre y cuando el la asesino, fue la única persona que me permitió vivir con ella y dar normalidad en mi vida, estaba huyendo de una pesadilla de una situación que no pude permitir pero al final de cuentas volví a revivir en mi propia vida los hechos pasados.
Al escuchar a mi adorada Tata encontré paz, en sus palabras de consuelo encontré el amor que me tuvo como si fuera su hija, como si fuera la adolescente con acné en el rostro corriendo para llegar junto a ella después de un día de mierda, ella siempre daba palabras de sabiduría a pesar que no supiera la situación por completo.
Pero cuando llegue a su hogar a las afueras de Kansas Kentucky en pleno sol no sabía que iba a decirle, no sabía si quería contarle todo.
- Tess, mi amor por que no dijiste que vendrías - no tuve tiempo de pensar en algo que decirle, mamá Tata estaba abrazándome como si hubiera resucitado y con el cariño que lo hizo rompió la última fibra de mi corazón y haciéndome llorar a mares. - Estás bien cielo - no sabía que decirle y por primera vez después de todo esto hablé con la verdad ,- NO - fue una simple palabra no estaba bien, no sabía cómo estar bien de nuevo, todo era confuso, no conocía mi siguiente paso, por segunda vez en mi vida me sentía perdida, sin rumbo.
Mamá Tata me permitió llorar horas en sus brazos siempre abrazándome frotando mi cabello, nunca me dejó sola hasta que por el cansancio del viaje y el cansancio emocional cai profundamente dormida.
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