Capítulo 2

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Era un gilipollas.

Había venido por un curro y el primer día ya estaba queriendo liar con una tia que le pateó los cojones, literalmente.

Joder, pero es que ella tenía algo.
Era especial, sin duda; ese aire de loca no lo tenía nadie que hubiese conocido.

No podía quedar como un chaval arrepentido, tal vez después de platicar con ella cinco minutos resultaría ser una guarra y así podría irse sin más. Sí, eso haría. Cinco minutos.

No se dio cuenta que habían aparcado, hasta que ella abrió la puerta y salió rápidamente del auto. Aunque intentó alcanzarla, solamente pudo notar su figura detrás de la puerta del establecimiento, así que la siguió.

Al entrar todo le resultó extrañamente familiar. El olor a café, cigarrillos y tocino se impregnó a su nariz inmediatamente y le hizo recordar el pasado. Un pasado que hacía mucho tiempo no evocaba.

Pronto dejó pasar esos pensamientos y buscó con la mirada a su acompañante, la halló sentada en la barra charlando animadamente con otra muchacha que parecía tener su misma edad.

Agustín se sentó en el banquillo de alado y a ambas chicas les dedicó una amistosa sonrisa.

-Vaya hombre ¿No eres de acá verdad? - Preguntó coquetamente Adeline al tiempo que casi sin disimulo inclinaba sus prominentes pechos hacia él.

Kenya, al ver la incómoda cara de Agustín decidió intervenir. -Adeline, ¿Nos puedes traer el menú?- Preguntó lanzándole miradas reprobatorias.

La aludida decidió ignorar el comentario y siguió sonriendo coquetamente al recién llegado. -¿Entonces... te comieron la lengua los ratones, guapo?-

Agustín no estaba acostumbrado a estas situaciones, pues él nunca tuvo que lidiar con las mujeres que se sentían atraídas por él. -Buenos días, -carraspeó un poco. - Ciertamente, soy nuevo en este lugar.

Kenya sabía que su amiga no pararía ahora que lo había escuchado pues Adeline toda su vida había adorado el "acento español" y para su mala suerte, el tono grave y sensual de Agustín era demasiado seductor para que Adeline lo dejara en paz.

-Ad, ya ha hablado POR FAVOR, Tráenos el menú.-

A regañadientes Adeline se marchó a la cocina, aunque no sin antes echar unas miradas subiditas de tono a Agustín.

Kenya no sabía cómo disculparse por el comportamiento atrevido de Adeline pero al recordar que Agustín la había casi obligado a tomar un café con él, decidió no molestarse.

Al fin y al cabo eso no era una cita ¿O sí?

-Creo que debimos haber hecho la cita en otro lugar. -Comentó Agustín, más para sí mismo que para ella pues seguía sintiendo las miradas de varias chicas hacia él.

Aunque estaba ocupado intentando soportar toda la atención que había hacia él por parte de las mujeres, e incluso de la señora regordeta de la caja registradora Agustín pudo percibir el nerviosismo de "Danielle" tras escucharlo.

Al pensar en su frase dicha, también él sintió nervios. Nunca antes se había comportado de esa manera, incluso cuando había tenido oportunidades mejores.

¿Por qué aquella mujer a su lado le provocaba tanto en tan poco tiempo?

Antes de que alguno pudiese decir algo, nuevamente llegó Adeline con dos papeles y al sentir la tensión y los ojos suplicantes de Kenya quien silenciosamente le pedía no hacer más imprudencias se fue sin más.

La huida de su amiga le provocó más ansias pues aunque quería hablar con el sujeto a su lado no sabía bien cómo iniciar una conversación. Al reconocer en su mente que ese sujeto la fastidiaba por no saber nada de él ni cómo tratarlo, bufó molesta.

Relación PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora