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Él...

En el profundo silencio del salón, resonó una risotada psicótica que venía de afuera. No dudé en volcar los ojos hacia la profesora. Todos nos miramos entre sí con el corazón acelerando a cada segundo. Me estremecí por un momento, de manera fugaz la profesora aterrorizada se dirigió a la puerta muda para echar un vistazo afuera.
Enseguida se escuchaban los gritos de los demás alumnos de la escuela.
La profesora se echó para atras horririzada pidiéndonos que nos quedásemos allí. Pero obviamente todos estaban intrigados y algo asustados por la situación.

Fui la primera en asomarme al marco de la puerta, para después salir corriendo a donde había caos. Esa bestia encorvada de cabellos negros, que poseía un cuchillo en la mano. Eso que ya no era humano, si no un animal sediento de sangre.

- ¡Liam! - Me puse delante de él - ¡Liam porfavor escuchame, mírame! - Tomé su cara pero, sus ojos ya no eran de un azul cautivante, mas bien eran amarillos casi naranjas, destellantes como dos luceros en plena noche.
Su carita de ángel decayó y de sus ojos desbordaron lágrimas desesperadas suplicándome ayuda.
Se arrodilló y bajó la cabeza para llorar en mi regazo. Soltó el cuchillo manchado de sangre al igual que su ropa y manos, mientras los demás se me acercaban a verme con cara rara. ¿Qué querían que hiciera? Si, mi novio era un asesino capaz de tranformarse en una bestia inumana y con todo eso me quería, y realmente me trataba bien. Me respetaba mucho, llegando a querer alguna que otras veces sacrificar su vida por mi.
De a poco su forma era cada vez mas humana.
Me abrazó de golpe, y lo único que pude hacer fue corresponder y abrazarlo también.

- ¿Qué te hicieron ahora Liam? ¿Qué sucedió? - Pregunté acariciando su cabello.

- Solo quiero irme de aquí, contigo. Los quiero ver a todos muertos menos a ti - dijo acariciando mi larga cabellera castaña.

- Ya lo sé, ya lo sé. Tranquilo - lo abracé contra mi pecho.

Escuché las voces de algunos compañeros burlándose. En ese momento sabía que él estallaría de rabia.
En un movimiento apurado de tomar el cuchillo me golpeó lanzándome contra una pared sin darse cuenta. Escuchaba a la policía cerca y a la ambulancia.
No podía levantarme y mi vista se llenó de mil caras.
Estaba muy mareada, tanto que solo escuchaba los gritos de mi novio rogando que lo dejasen conmigo, vociferando mi nombre. Me salieron varias lágrimas hasta que una voz me dijo:

- No se preocupe señorita, estará bien.

- ¡Ah! - Desperté de ese horrible sueño, a un lado de Liam.

Miré el reloj que marcaba las seis y catorce minutos.

- Tranquila Mia, todavía queda tiempo para dormir antes de ir a la escuela - sonrió adormilado al verme.

- No, no es eso. Es que tuve una pesadilla - me llevé una mano a la cabeza - ademas me duele mucho es estómago.

- Si quieres no vamos y me quedo a cuidarte - acarició mi cabello.

- No Liam - negué preocupada - ambos tenemos examen hoy y debemos ir - intenté levantarme de la cama pero el no me lo permitió.

Mas tarde logré convencerlo para que fuese a la escuela sin mi, pero unas horas después cuando vi las noticias aparecía él, culpado por varios asesinatos y siendo arrestado.

Lo único que llegué a decir mientras agarraba un cuchillo para apuntarmelo en el pecho, y con los ojos llenos de lágrimas fue soltar un:

- Él.... -.