Corazón de Piedra

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Cuando entendí realmente como me sentía, cuando encontré lo que me hacía sentir bien no dejé de seguir buscando nuestra felicidad mutua.

El tenerlo conmigo, y hacernos felices no era un lujo que nos podríamos dqar todos los días, pero tal vez sí al menos una vez al mes. Cuando podíamos vernos, y ser felices. Él, de una forma increible me blandó mi corajudo corazóon de piedra. Me hizo mejor su constante melosidad y sus caricias delicadas. Sus besos, sus abrazos. No lo era todo para mi, pero tampoco no significó nada. 

Me estaba besando tan apasionado, que no quise interrumpirlo, pero debía decirle algo, algo que me había guardado durante mucho tiempo acerca d emi corazón. 

- Gracias... - Susurré entre beso y beso.

- ¿Por qué me agradeces? - Comentó divertido de la incertidumbre, aunque sin dejar de chocar nuestros labios.

- Por ablandar mi corazón de piedra -. Se separó de mi y me miró a los ojos sorprendido. Luego de unos segundos así, volvió a acercarse a mi para besarme. Pero antes, sonrió susurrando.

- Y gracias a ti por ablandar el mio -. Nos unimos en un profundo beso nos abrazamos tiernos, sin querer que el tiempo avance. Solo pensando en cómo ablandó mi corazón de piedra...


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