No importa lo que digan los demás....

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Bastantes decepcionados de mí mis padre me echaron de la casa sólo porque era gay. Era una noche de tormenta cuando se los dije. Ellos me quisieron golpear pero terminaron por echarme a la calle, en medio del frío. Corrí hasta la casa de mi amigo pero no había nadie. No tenía dinero, estaba solo, tenía hambre, frío y no dejaba de pensar que había cometido un gran error. Me encandilé al ver las brillantes luces de un auto acercarse. Se arrimó a mi y pude ver a un hombre al volante. De cabellos castaños con ojos color miel.

— Niño ¿estás perdido? — Preguntó el hombre.

— Si señor... —. Contesté temblando.

— Anda sube, te llevaré a mi cas y allí podrás tomar algo caliente y abrigarte —. Sonrió el hombre que se mostró comprensivo.

Subí al auto con rapidez a pesar de estar empapado.

— Y dime hijo ¿Qué te pasó?

— Mis padres no estaban muy contentos con mi orientación sexual y... y me echaron de la casa.... —. Comenté avergonzado.

— Así que era eso... yo también tengo un hijo que es así, pero mientras el sea feliz, yo y mi esposa lo somos —. Soltó una risita contento. — Y ¿cuántos años tienes?

— Tengo trece.

Transcurrió un largo viaje lleno de comentarios y experiencias. Se me hacía muy bien poder expresar lo que sentía de una vez. Por fin alguien me entendía.

Llegamos a la casa donde todo estaba en silencio. El hombre me guió a un cuarto con dos camas. El señor me explicó que la segunda cama era para las visitas. Me dio un té caliente y galletas. También me entregó ropa ya que la mia estaba húmeda a causa de la lluvia.

Cuando miré a la cama del hijo del hombre, estaba vacía, y de repente un chico entró al cuarto. Tenía el cabello pelirrojo y ojos marrones. Era bastante mas alto que yo. Diría que estaba en sus quince años.

— ¿Uh? ¿quién eres?

— Rafa el es un chico que lo echaron de su casa por ser homosexual, y lo traje aquí.

— Oh. Lo siento mucho. ¿Cómo te llamas? — Preguntó adormilado.

— Soy Danny —. Sonreí.

— Bueno, los dejo que se conozcan, yo iré a dormir —. EL hombre saludó y se retiró.

— Y cuéntame Danny ¿Cómo es que te echaron de tu casa? —. Se interesó.

— Sólo les conté, y cuando lo hice me echaron a la calle diciéndome que no vuelva si no quería terminar muerto.

— Eso debió ser horrible. Pero no te preocupes, aquí, nadie te juzgará ya que yo también soy homosexual —. Me sonrió posando una mano en mi hombro.

— Muchas gracias Rafa —. Le sonreí. Noté un leve sonrojo en el.

— De nada —. Besó tiernamente mi mejilla a lo que yo no pude evitar hacer que mi cara ardiera.

— Y ¿Sabes? Tienes razón, no importan lo que digan los demás...

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Muchas personas todavía juzgan a la gente homosexual, algo que está mal.

Así que si sos una de estas personas despectivas... te puedo recomendar que empieces a cambiar tu manera de pensar. No está bien, todos somos humanos y si un chico quiere estar con otro chico o una chica con otra DEJALOS. Dejá que sea feliz.

Viví, y dejá vivir...

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