Su trabajo no era muy dificil. Recibia una carta con dos nombres, tenia que buscarlos y arreglar su reloj justo en el momento preciso para que no se conocieran o lo hicieran. Y por eso mismo estaba en Australia. Busca a una tal Rebecca Smith y a un tal Ashton Irwin. Se supone que se conocerían por miradas furtivas. Ella lo miraria a el, el sentiria su mirada y la vería. Una cosa llevaría a la otra que, como en efecto domino, llevaría a un corazón roto.
No culpaba a el sistema pues en un mundo con 7.2 millones de personas, algunos errores tenían que haber. Ademas, no había suficiente o̱rologopoiías en el mundo y aveces llegabas tarde y no había nada que pudieras hacer al respecto.
Genoveva se encontraba ahora en Australia, lo cual agredecía eternamente, en el Oυρανό hacia frío por lo que el clima calido siempre se agradecía. Se encontraba en un pequeño restaurante a algunas calles de la playa. Estaba sentada en el patio delantero del lugar, en una mesita de jardin. Acababa de llegar y observaba a Rebecca Smith hablar con Taylor Morris, ambas eran estadunidenses y rubias, acababan de llegar y estaban planeando ir a alguna discoteca esta noche. Todo eso lo sabia por que podía escucharla, aun que no estuvieran hablando tan fuerte.
Un chico rubio y el cabello medio rizado se le acerco. Tenia unos short caqui y una polo celeste con el logo del restaurante.
-¿Qué desea ordenar?- Hmm.. ese chico parecía conocido. Tal vez había cambiado su reloj antes o tal vez lo haría despues.
-Yo... Uhmm... No hay nada kosher...
-No lo se señorita, usted tiene el menú.
-¡Uh! Si, si claro... Eh pues... Sandwich de carne sera.
-¿Pero no quería kosher?
-Creí que el cliente siempre tenia la razón.
-Tambien yo.- el chico se dio media vuelta y entro al restaurante.
Cuando volvío a girar mi atención sobre Rebecca ella ya se estaba parando. Joder, ni siquiera había encontrado donde estaba su reloj. No en el cuello, brazos o piernas, ni siquiera en el torso -y eso lo sabía por que tenía puesta una blusa de gaza blanca que dejaba ver su bikini negro. Entonces un ligero brillo azul electrico proviniente del piso le llamo la atención. Cierto, el pie. Se paro de la silla torpemente y camino casualmente hacia ellas. "Accidentalmente" choco contra ellas y su bolsa cayo a él piso.
-Ups, lo siento.
-¡Pero que te pasa!- le seguia gritando mientras todas se agachaban para recoger el contenido de la bolsa.
Entonces Genoveva le toco el tobillo, donde se encontraba su reloj. Y el tiempo se detuvo. Tenia menos de tres minutos para cambiar la hora. La pantalla celeste solo mostraba la fecha y la hora donde encontraría su proxima relacón, 27/09/14 9:34 pm . Solo tenia que dibujar con su dedo sobre aquellos mismos numeros la hora que le dictara su mente. 2:17 am 15/02/15.
Se paro, entrgandole unas cosas.
-Perdon- se disculpo, pero Rebecca Smith solo paso por su lado golpeandola con su hombro mientras que Taylor Morris hacia lo mismo pero por el otro lado. Suspiro feliz y se giro para salir del restaurante.
-¡Oye!- le grito el camarero- ¡Tu comida!
-Ehh, si.- Corrío haca la mesa y dejo algo de dinero-. Me tengo que ir, pero gracias de todos modos- y corrio a la salida. La mitad de su trabajo ya estaba hecho.
N/A Pues, subire cada viernes, no pueo decirles cuantos capitulos son pero son poquitos. Like y fa.. No, no es cierto. Adios.
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Tic, toc, tac, darling | Ashton Irwin | The Cupid Offices Series num.1 | Terminada
Kısa HikayeEs tiempo de caer enamorado. En el Oυρανό todo esta muy ocupado y algunos errores se pueden cometer. Y para eso estaba Genoveva, lista para arreglar el reloj. Pero no contaba con que el tiempo se atravesara en su camino. Bueno, el tiempo y Ashton. P...