Gaia miro a Javier sin expresión alguna, no podía creer que el chico nuevo al que tanto le gustaba molestarla ahora era su vecino.
Javier saludo a la familia de Gaia cortésmente mientras la pelinegra lo miraba con atención, cuando el rubio se puso frente a ella para saludarla solo se estrecharon las manos un breve instante.
-Hola Javier -saludo Gaia mirándolo fijamente.
-Hola Gaia -el rubio le mostro una sonrisa engreída antes de sentarse frente a ella y su familia en un sillón individual.
Gaia cruzo sus brazos bajo la atenta mirada de Javier, el cual recargo sus codos en sus rodillas y entrelazo sus dedos a la altura de su barbilla sin dejar de mirarla con atención.
-¿Ya se conocen? -le pregunto Johana a su hija.
-Algo así, es nuevo en mi salón -respondió Gaia mostrándole una leve sonrisa a su madre.
-¿Entonces son amigos? -la pequeña Lia se acercó a su hermana mayor, Gaia la tomo de los brazos y la sentó en sus piernas abrazándola de la cintura.
-Se podría decir que si, linda, tu hermana es muy agradable -el rubio le sonrió a la pequeña niña y le dio una paleta que saco de algún lado.
La pequeña Lia tomo la paleta sonriendo y empezó a comerla.
-Sí, Gaia es la mejor de todas -la pequeña beso la mejilla de su hermana y volvió a comer su paleta -, gracias por la paleta.
-Por cierto Wi... Javier - se corrigió la mamá del chico -, ¿cómo te fue en tu primer día?
La pelinegra noto que la señora Mika se había corregido, lo cual le dio curiosidad.
"¿Qué es lo que iba a decir?".
-Bien, la escuela es muy... Interesante - Javier miro de reojo a la pelinegra y agrando su sonrisa.
-Espero que estés cómodo en ella, Gaia siempre nos dice que adora su preparatoria, aunque a veces se queja un poco del director -Johana soltó una leve risa y miro a su hija mayor.
-No es mi culpa que ese señor hable más que un montón de señoras en una reunión para comer.
-En eso concuerdo contigo querida -le dijo Mika a Gaia mientras cruzaba sus piernas -, jamás había conocido a un señor que hablara tanto como el señor Alexander.
Gaia asintió mientras seguía escuchando a los adultos hablar.
El resto de la velada Gaia se quedó escuchando a los adultos al igual que Javier mientras se echaban algunas miradas de odio de vez en cuando mientras sus padres no lo notaban por estar distraídos en su plática.
Alrededor de las 10 de la noche Lia se quedó dormida, Gaia la cargo en sus brazos y la acomodo para que pudiera dormir más cómoda.
-¿Quieres llevarla a nuestra habitación para que pueda dormir mejor? -ofreció Mika mientras se levantaba.
-Claro, muchas gracias -Gaia se levantó con su hermana en brazos.
La pequeña Lia pesaba un poco así que a Gaia le costaría llevarla al segundo piso.
-Dámela, yo la llevo -se ofreció Javier mientras se levantaba de su lugar y extendía sus brazos para sostener a la pequeña.
La madre del chico se asombró al escuchar al chico, aparentemente el no acostumbraba ofrecerse para nada.
-Está bien, pero ten cuidado -Gaia puso a Lia en los brazos de Javier cuidadosamente y ambos subieron al segundo piso.
Javier entro a la habitación de sus padres en la cual había una gran cama matrimonial, dejo a la pequeña en ella y Gaia la cubrió con la colcha antes de dejar un beso en su frente.
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Crónicas De La Guerra Eterna
Подростковая литература¿Qué pasa si descubres que el sueño que has tenido cada noche desde que tienes memoria en realidad no es un sueño? ¿Y si en realidad es lo único cierto en tu vida? Para Gaia, la vida nunca había sido especialmente mala aunque tampoco buena, después...