Otra señal más que no fue captada por el menor. Minho estaba cansado de tantas indirectas que iban dirigidas hacia HyunJin, para al final cuando llegaran cerca de este pasarán desapercibidas. Pero lo entendía, no es como si el aprendiz a Idol más apuesto que jamás había conocido se llegase a fijar en el de la noche a la mañana.
Digo, Hwang HyunJin era una obra maestra esculpida por los mismos dioses del Olimpo —Lee incluso creía que le hacían ofrendas en su honor—, con esos rasgos tan elegantes y celestiales que todo en él parecía inalcanzable. En cambio Minho sentía que se veía como las hermanastras de Cenicienta a su lado.
Había hecho todo lo que estaba en sus manos para acercarse al menor tratando de demostrarle cuanto le quería. Sin embargo, fracasaba olímpicamente en cada uno de los casos, aunque no se sentía tan culpable en sí. Pues también pensaba que Hwang eran un condenado ciego que nunca se daba cuenta de nada.
Lee se había sacrificado cierta vez, ofreciéndose a ayudar al pobre HyunJin que se había quedado castigado haciendo limpieza en todo el instituto. Recuerda como antes de la hora para salir —que por cierto mágicamente el profesor no había asistido así que tuvo hora libre—, limpio todo el colegio en un abrir y cerrar de ojos.
Ante esto los profesores no les quedo más opción que dejar a Hwang libre de su castigo pues el instituto estaba impecable. Luego está aquella vez que cambió su prueba de matemáticas con la de HyunJin, o cuando le dejo millones de notas pegadas en el escritorio con chocolates y las iniciales de su nombre esperando que reconociera de quién se trataba.
Cuando dejaba cartas en su casillero, aquella vez que sus amigos le lanzaron agua encima y él le prestó su uniforme de educación física a pesar de que la clase que seguía era esta. Tuvo una semana de expulsión gracias a esto.
La vez que el menor no tenía dinero para comprar comida y él le había dado la suya diciéndole que no importaba, que no tenía hambre aún cuando su estómago rugía por comida. Cuando le dió tutorías para que sus notas subieran, entre otro millón de cosas que había hecho con la intención de que HyunJin se diera cuenta de sus sentimientos.
Pero era tan ciego...
[...]
Lo había hechado a perder otra vez. Tener a Lee cerca lo ponía nervioso, pero no podía evitar soltar incoherencias o lucir indiferente después de todo eso era parte de su imagen de chico frío que era vendida por todo el instituto.
Aunque quisiera cambiar dicha forma de actuar con Minho, su orgullo no se lo permitía. Y es que como aprendiz de Idol tenía una imagen y una reputación que mantener si no quería que su empresa lo echará.
A pesar de que sabía todo lo que Minho había hecho por él —aún si fingía que no—, no encontraba una forma de agradecerle. En algún momento sus sentimientos se revolvieron creando la oleada de emociones que sentía cada vez que el mayor se encontraba cerca de él.
Tenía miedo.
Miedo de hechar a perder todo lo que había creado, miedo de perder a todos los que le rodeaban. Sobre todo por encima de esto tenía miedo a fracasar sobre sus sueños y no poder cumplir ninguno de estos, entre ellos un futuro en donde Lee Minho no estuviera a su lado.
Su pecho dolió al recordar eso, claro, olvidaba que ya había logrado que eso pasará desde el momento en que se comportó como un completo idiota con Lee hace unos minutos atrás.
— ¡Te odio Hwang HyunJin!
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HATE
FanfictionMinho odia a HyunJin. ✓✓ Historia corta. ✓✓ Disfruten. ✓✓ Cuarto libro. ©No copias ni adaptaciones sin permiso. ✽+†+✽――Pretty Boy――✽+†+✽