I N M A T U R E [SpiderFrost]

II

Sus tres criaturas eran preciosas, estaba rotundamente agradecido con los padres de sus pequeños, y agradecía que Thor no poseyera magia para poder saber que uno de esos trillizos no fuera suyo.

Llevaba en brazos al pequeño silencioso mientras que Thor llevaba en sus hombros a ambos recién nacidos. -Con que se te caiga uno de mis niños, Thor.- La amenaza llegó a oídos del rubio, y Loki llegó a brazos del mismo. -hablo en serio.- Y como si Thor considerara que todo era broma, solo le besó cauteloso en sus labios.

—Cielo, ¿te pusiste labial? me encanta, tus labios me saben a cereza.

Error, el lubricante decía fresa.

Era hasta cierto punto una rutina, una grandiosa rutina que mientras Thor estaba en el trabajo, Peter venía a mantener una relación con su hijo mientras se envolvía en las sábanas con la candente mamá. Pero Loki, por muy vanidoso  que fuera  y que no le importaba nada en lo absoluto, llegaba a pensar a futuro, y más ahora que tenía a su tres preciosidades creciendo cada vez más.

—Peter, no quiero que tu hijo crezca sabiendo que su padre no es Thor.
—¿Y por qué decidiste llamarlo Peter?- Reclamó el castaño.—Ya sé que Thor lo acordó también pero habiendo miles de nombres más, eligieron ese.
—¿Y qué le diré cuando Peter tenga uso de razón? ¿Cuál de los dos es su padre?
—Pues le dices la verdad.
—Claro, y perjudicaré a mis otros dos niños. Sé que no te importan, pero son mis hijos al igual que Peter, entiéndelo. Te quiero, te deseo también pero amo a mis hijos, a los tres por igual.

Tenía que admitir que Parker se había convertido en una persona de suma importancia en su vida, le había regalado tantas noches y tantos besos que hacían que su piel se incendiara en deseo, hubo tanto que sentir aquellas noches y tanta saliva derramada en ambas bocas.

Pero era claro que primero debía pensar en sus hijos, Magni, Fenrir y Peter eran su prioridad, y si ellos tres estaban mejor con Thor, se quedaría así. No era que no amara a Thor, aún lo hacía y bien podía tener la explicación frente a él. A Thor lo amaba, amaba cuando le hacía reír con sus tonterías, amaba cuando lo abrazaba por detrás con esos brazos tan delicioso y firmes, amaba cuando al desnudarse veía aquella figura enternecida con aquellos ojos azules y cristalinos, amaba cuando le tocaba, pues era como si el rubio temiera que el azabache pudiese quebrar en llanto al lastimarlo. A Peter lo deseaba, deseaba tenerlo entre sus piernas toda la noche, con Peter había recorrido toda su casa en diversas posiciones, incluso haber creado nuevas que dejaba a la imaginación de quien los escuchara, amaba jalarle sus cabellos cuando lo embestía y dejarle mordidas que parecían moretones al día siguiente.

A Peter lo deseaba y a Thor lo amaba, ¿Qué no podía quedarse con ambos? Malas noticias, siempre había últimamente en su vida. No quería que Peter se fuera, pero estaba distante. El muchacho le había dicho que por el momento no podía ir tan seguido dado a que tenía un proyecto importante, ¿Qué cosa podía se más importante que verlo a él y a su hijo? Precisamente era de las cosas que se quejaba de la edad de Peter, irresponsable con su mayor prioridad, por no planeado que estuviera.

Pero claro, se dio cuenta de ello en cuanto llegó con un tipo de lo más rubio y desagradable personalidad. El sujeto se hacía llamar Wade Wilson y ya desde ahí no podía permitirse verlo por mucho más tiempo, ¿Así que este era su enorme y tan importante proyecto? Un hombre musculoso, varonil, y al contrario de él, se veía que era activo en toda la redundancia de la palabra y lo que se veía a simple vista. Era hasta cierto punto inaceptable, diablos. Pero el hombre era un sueño. En cuanto los presento, Wade mostró demasiada cordialidad, pues en cuanto Parker mencionó el nombre del azabache, era como si su radar se activara, le sostuvo de la mejilla, apenas una caricia y se acercó a besar la mejilla contraria al hombre frente suyo. Recibió una golpiza, por supuesto.

—Es una brillante idea.
—Es una terrible idea.— Objetó Loki mientras servía jugo de limón.

Y es que realmente era insultante el que Peter le ofreciera un trío con semejante hombre, lo acababa de conocer y era, a parte, a alguien que no le había hecho un estudio médico, no tenía su historial de salud y eso le preocupaba, con Peter le había obligado a hacerse el estudio lo antes posible, zorra pero astuta le dirían tal vez.
Se fijó mejor en el rubio, el cual estaba acostado en el sillón con una bolsa de hielo en la entrepierna. Se mordió el labio inferior, a lo mejor había sido su acto anticipado un cierto error, tal vez debería probarlo.

—Lo probaré yo solo, ¿está bien?— Ante la pregunta de Loki, Peter arrugó su frente, en muestra de celos y molestia. Wade era de su agrado, no lo iba a compartir. Pero Loki ya estaba acariciando la entrepierna del rubio, con suavidad y cautela como sólo esos finos dígitos eran capaces de que cayeras de rodillas ante él. La mirada seria y lujuriosa no se podía mezclar con la mirada de deseo y satisfacción que Wade sentía, bueno, en realidad si se emparejaban a la perfección, pero diablos, Peter no quería eso.

—¿Te gusta?— Loki preguntó, de a poco se había montado encima del rubio, con movimientos de cadera, lentos, suaves, profundos, que el miembro ajeno se endurecía, ya sin dolor, sino a punto de querer perforar los pantalones.

Wade sostuvo los muslos del contrario. En cuanto lo vio, él ya sabía que había tenido trillizos. Y eso le excitaba. Sus manos sudorosas y ansiosas presionaban de a poco hasta llegar al trasero ajeno, el cual estrujó sin pudor y sin preguntar si le había lastimado. Obvio no, Loki había gemido.

—Me encanta.