Contando estrellas.

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Cuando Yoonji logró organizar a los invitados y consiguió que todos abandonaran su casa, Jimin miró a su alrededor en busca de los numerosos coches en los cuales, supuestamente, irían hacia Helthon

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Cuando Yoonji logró organizar a los invitados y consiguió que todos abandonaran su casa, Jimin miró a su alrededor en busca de los numerosos coches en los cuales, supuestamente, irían hacia Helthon. Pero, curiosamente, allí solo había un coche y, teniendo en cuenta que era el vehículo del dueño de Golpes y Sangre, Jimin desechó la opción de ocupar uno de sus asientos.

—Bien. —Yoonji respiró hondo—. Katie e Isabelle me han dicho que irán con Evan en su coche, así que quedan dos asientos libres. ¿Queréis ir con ellos, Gael, Finth? —preguntó, señalando a los dos amigos del brother de Jimin.

Ellos asintieron gustosos y se dirigieron hacia el coche siguiendo al grandullón. Jimin agradeció perder de vista aquellos puños y sintió una calma profunda que invadía su cuerpo, desde los pies hasta la cabeza. La chica del pelo rosa y las horripilantes gemelas ya no parecían tan malas opciones en comparación con «aquello» que acababa de marcharse.

—¿Y cómo vamos los demás? —le preguntó a Yoonji.

—¡En mi superfurgoneta! —respondió Namjoon, mientras terminaba de liarse el décimo porro (aproximadamente) de la noche.

—¿Tu super... qué? —Jimin miró de reojo el garaje abierto de la casa de los Min. Entonces lo entendió todo, y el mundo pareció derrumbarse bajo sus pies.

Mientras todos caminaban directos hacia una furgoneta maltrecha y con un aire hippie, pintarrajeada de grafitis, Jimin permaneció quieto en el césped de la entrada, pálido como la luna que se alzaba sobre ellos.

Yoonji le tiró de la manga de la chaqueta.

—Venga, vamos, ¿a qué esperas?

—No pienso montar en ese estercolero con ruedas.

—Jimin, la superfurgoneta de Namjoon no es un estercolero —le reprochó Yoonji.

—¡Pero seremos como inmigrantes, todos amontonados atrás! —clamó él—. Y, además, ¡ni siquiera es legal!

—¿Qué importa que sea legal o no?

—Verás, he trazado ciertos planes respecto a mi futuro y, como espero puedas comprender, el hecho de que la policía me encuentre en la parte trasera de una furgoneta ilegal junto a un montón de personajes estrafalarios, y siendo conducida por un Mendigo que va fumándose un porro, no es lo más aconsejable para que mis magníficos planes acaben cumpliéndose.

Christmas mistletoe | JIMSU. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora