Nadie los quiere en sus manadas, ellos son el defecto de los alfas y los omegas son aberraciones que no deben de estar con los seres superiores.
JungKook es el hijo de dos alfas líderes de una poderosa manada llamada Sigma, él está destinado a esta...
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JungKook abrió la puerta del auto para su gamma, cerrándola una vez TaeHyung estuvo dentro y acomodado, el azabache se adentró en el auto y lo encendió comenzando a conducir a su hogar con un deje de emoción en su sistema.
TaeHyung por su parte estaba tranquilo sintiendo un calor que le resultaba placentero. El pelirrojo nunca había estado con alguien, por obvias razones, por lo que sentía emoción al poder probar todas las cosas que había visto en videos cuando se tocaba en la comodidad de su habitación.
— Llegamos. —JungKook estacionó el auto mirando fijamente el frente de su hogar, TaeHyung por su parte bajo del auto y se encaminó a la casa. — Vamos, tu puedes, tu gamma te espera.
El pelinegro se intentó dar ánimos frotando sus manos en sus pantalones negros suspirando cuando por fin se armó de valor para salir del auto.
— Vamos hyung, estoy esperándolo. — JungKook intentó no mostrarse nervioso frente al pelirrojo, pero falló cuando intentó abrir la puerta, pero sus temblorosas manos no pudieron cumplir con la tarea, haciendo reír levemente al pelirrojo. — Yo puedo abrir hyung.
— Sí, yo... gracias. —Ambos chicos se adentraron a la casa, TaeHyung mirando fijamente a su mayor, sus ojos volviéndose más dorados de lo usual. — Sí te estás arrepintiendo, está bien, yo puedo entenderlo y...
— Hyung, bésame, por favor.
JungKook gruñó atrayendo al menor por las caderas hasta que sus pechos chocaron, sus ojos mirándose, dorado contra rojo. Sus respiraciones eran tranquilas y chocaban entre ellas, las manos acaneladas del menor acariciaron el pecho del pelinegro, subiendo hasta enredar sus dedos en las oscuras hebras mientras las manos del mayor acariciaban el hueso de la cadera del pelirrojo.
— De acuerdo.
El mayor chocó sus labios delgados contra los labios rojos y esponjosos del menor, quien movio sus labios imponiendo un ritmo lento que JungKook aceleró moviendo con vehemencia su boca, sus labios mordiendo y succionando, chupando la lengua del menor, ingresando la suya en la boca cálida del pelirrojo, jadeando por la falta de aire.
JungKook bajó sus manos hasta posarlas en el trasero voluminoso de TaeHyung, amasando la carne entre sus dedos sonriendo cuando el menor gimió bajito y agudo.
— Vamos a la habitación, por favor. —El mayor se sorprendió cuando la voz de TaeHyung sonó baja y grave, terriblemente sensual, todo lo contrario a lo que había sonado su gemido anterior.
La mirada dorada del menor fue suficiente para que JungKook sintiera sus pantalones apretados, sus ojos volviéndose de color rojo oscuro, llenos de deseo.
— Mí gamma, te necesito, te quiero en mí. —TaeHyung se retorció cuando aquella voz de mando entró en su tímpano, su vientre doliendo cuando un calor abrasador lo envolvió, avisándole que acababa de entrar en celo, solo para complacer a su delta.
