Un mal intento de borrar a un demonio triangular de un solo ojo que termino mandándolo al lugar menos esperado, sin sus habilidades esperadas. Podrá este demonio coexistir normalmente con la humanidad?
Ja! Todos sabemos que no...
Lograra cumplir su...
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París, Francia
- ¡MiraculousLadybug! - Grito aquella heroína de trajo rojo reconocida por todo París, Ladybug -.
- No se porque pero ver esto no deja de imprrrresionarme - Bromeó el héroe vestido de negro reconocido en dicha ciudad como el gato mas bromista que hay, Chat Noir -.
- ¡Ganamos! - Dijeron ambos chocando puños con alegría, pues habían derrotado a Espejismo el cual fue algo exasperante de por si -.
Un villano que copiaba cada idea, pensamiento, movimiento, copiaba a las personas a tu alrededor y de por si creaba ilusiones que te atrapaban en ella sin dejarte escapar, como un oasis de asfalto, nada extraño y difícil.
- Bueno My Lady, apenas anochece...no gustaría tomar algo conmigo? Oh, no lose... ¿Salir a cenar quizá? Conozco un lugar prrrfecto - Bromeo nuevamente. La catarina estaba por responder cuando un pitido proveniente de su oreja la interrumpió -.
- Lo siento gatito, pero no puedo... Quizás mm...- Otro pitido resonó - ¡Debo irme, adiós gatito! - Esta lanzo su yoyó lo mas lejos posible para luego ser jslaba por el y alejarse del lugar. Chat congelado en aquel tejado sonrió bobamente, pues indirectamente y por primera vez su dama de rojo no había rechazado su invitación -.
- Vaya...al menos esta vez no me friendzoneo - Presiono su bastón para marcharse a su respectivo hogar, donde momentos después estaría babeando frente a su computadora viendo imágenes del amor de su vida, siendo también regañado por su kwami con incesantes palabras como: "No te ilusiones, que no te mandara a freírmonosno significa que teparebolas" - Plagg...no te dejare ver mas programas colombianos -.
- ¡Eso es venezolano! Cerdo inculto...- Dijo yéndose "ofendido" a buscar lo que llamaba "felicidad en una caja fuerte" o en pocas palabras, Camembert -.
Mientras tanto en alguna parte de la ciudad, un anciano de apariencia asiática regresaba a su hogar con una bolsa de compras algo pesada. Pues comprar casi tres kilos de te de hierbas no era tan ligero como parecía.
- Maestro, a veces no logro comprenderlo - Dijo su kwami mirándolo curiosamente - Dice que su edad le limita transformarse, pero no le limita cargar tres kilos de eso? - El anciano sonrió -.
- Nunca se es demasiado viejo para cargar té - Explico. Coloco la llave en el picaporte y abrió su hogar, encontrándose con una escena algo preocupante tanto para el como para su acompañante -.
La casa estaba echa un lío.
Todo estaba revuelto, como si un huracán hubiese arrasado con el lugar y como si fuese poco, había una gran línea negra que provenía desde el centro de la sala hasta la puerta trasera de su casa, esta estaba quebrada y la linea seguía; camino hasta el final de dicha línea para llegar confuso a un montón de escombros.
- Maestro, tenga cuidado - Pidió el kwami. El anciano con cautela retiro los escombros del montón para segundos mas tarde volver a recuperar el aliento - ¿Uh? -.
- Esto no me lo esperaba - Dijo este. Pues lo que se encontro no era para menos -.
Entre los escombros se hallaba lo que parecía ser un joven rubio casi dorado, de entre quince y diecisiete años quizá , con un ojo con una muy muy pequeña marca (casi ni se notaba) Vestia de traje amarillo, corbata, moño y sombrero -rotos claro - y por lo visto casi a medio morir.
El anciano en su confusión sin mas remedio tomo al joven, de paso, pesado , para llevarlo dentro de su casa y colocarlo en algún ligar menos deplorable. Había pasado muchas cosas extrañas en su vida pero...jamas tener algo de esa clase de extrañes.
- Y yo que pensaba que traer té de frutas iba a ser lo mas loco del día...-.
