Banner supo lo que pasó cuando aquella rota familia se había acercado un poco.
Vio el cuerpo de su hermano de Ciencias en los brazos de James, y su mundo se desmoronó.
Había perdido las dos personas más importantes de su vida en tan sólo un día.
Apretó los puños y golpeó con todas sus fuerzas un pedazo de nave del ejército de Thanos que había caído casi al principio de la batalla.
Sintió demasiado enojo, y no sabía expresarlo de otra manera. Su puño quedó incrustado en el duro metal. Respiró forzada mente y el enojo fue reemplazado por una profunda tristeza. Pasó su mano por su rostro con frustración y sollozó.
Nébula tenía la intención de ir con ellos, pero notó que Gamora no estaba. Al buscarla con la mirada la vio a lo lejos, intercambiaron miradas y la androide funció el ceño.
Gamora desvió la mirada y se adentró a una de las naves pequeñas del ejército que aún funcionaban.
Decidió no perder el tiempo, ella sabía ese sentimiento de tener que alejarse de todo para comprender las cosas. Así que empezó a caminar.
Vio a lo lejos a Dr. Strange creando los portales para los de Wakanda.
La chica se acercó al Doctor cuando había cerrado el portal. El mayor se volteó a verla con neutralidad.
–¿Por qué...?
–Tuve que hacer-
Cuando se alargó el contacto visual, la androide lo golpeó en el rostro tan fuerte que retrocedió.
–No te atrevas a decirlo.
–Era la única manera, la única oportunidad que teníamos —Stephen se acarició la mejilla, le había roto el labio—. Lo siento, en verdad.
Nébula apretó los puños, giró sobre sus talones completamente molesta y fue con la familia rota. Tony, su cuerpo, seguía en los brazos de Rhodey. Pepper abrazaba con un brazo a Peter mientras se alejaban del campo.
Notó a Steve intentando por fin acercarse a la familia y sintió rabia. No era un secreto de que él y Tony habían peleado, que el rubio le había hecho mucho daño. Lo supo desde el primer día en la fortaleza de Vengadores, cuando el castaño se desmayó apenas terminó de decir todas las verdades que guardaba.
No sintió que él fuera digno de acercarse, no podía, no debía acercarse a ellos. No lo merecía.
Se adelantó a él y lo volteó a ver con odio, logrando que detuviera su paso unos segundos, mientras ella ya había alcanzado a aquella familia.
Miró a aquel chico, Peter. Anthony le había contado mil y una historias sobre él, no su nivel en batalla o estrategia, sino por cómo era en verdad. Aquel chico dulce, revoltoso, lo más cercano que tuvo a un hijo y literalmente su salvación cuando creyó no poder más con su soledad y dolor.
Añoró ese sentimiento de dolor, y al mismo tiempo lo odió. Supo que ella quería a aquel hombre, como amigo, hermano o padre. Él era mucho más poderoso que ella, lo sabía desde que pudo hacer sangrar a Thanos, pero aún así le mostró su bondad. Le ayudó a reconstruir su cuerpo, le enseñó qué era tener una familia real.
Su parte racional le decía que Tony murió por la razón correcta, pero su parte irracional le gritaba que era incorrecto que alguien tan bueno como él muriera.
Llegaron a una zona donde los esperaban unas ambulancias que trabajaban con S. H. I. E. L. D. Y allí vieron a Fury y Marina. Ellos tenían una sonrisa que duró muy pocos segundos, cuando notaron el cuerpo sin vida del que alguna vez fue Ironman.
–¿Qué fue lo qué...? —exclamó Fury sin poder creerlo del todo. ¿Anthony Stark muerto? Eso no estaba en sus posibilidades. Él ha sobrevivido hasta lo imposible, lo ha asustado muchas veces con eso.
Rhodey apretó los labios cuando una camilla y paramédicos se acercaron.
–Está muerto, no pueden salvarlo —dijo el coronel en susurros, no dejando que lo separaran de su mejor amigo.
–Lo sabemos, pero aún así tenemos que llevárnoslo —justificó el hombre y James terminó por acceder. Nébula estuvo a punto de interferir, pero Pepper la tomó de la muñeca, le negó levemente con la cabeza.
El resto de agentes médicos inspeccionaron al resto por heridas graves.
Peter tenía una mirada vacía mientras le desinfectaban las heridas del rostro, como si ya no hubiera nada en sus pensamientos. Seguía sin poder creerlo ¿Por qué el tuvo que morir? No lo merecía, no se lo merecía en lo absoluto. Apretó los puntos con impotencia.
Nébula no había dejado que la tocaran, simplemente se mantuvo en una esquina viendo a todos hablando con otras personas o curándose gracias a esos humanos expertos. Rocket llegó a su lado junto a Groot, igualmente callados y observantes de todo.
La ambulancia de la agencia se había llevado el cuerpo hace minutos, debían sacar las gemas del guante aún.
El resto de los guardianes no se atrevían a acercarse mucho, no creían correcto y no se sentían pertenecientes a aquel ambiente, pero sí optaron por acercarse a la cyborg.
–¿Nébula? —exclamó Quill suavemente.
–¿Qué? —respondió ella con frialdad e incluso odio.
–Nos enteramos de que pasaron 5 años desde que desaparecimos... —continuó el humano sin estar muy convencido de continuar—. ¿Estás... Estás bien?
–Eso no te importa.
Quill funció el ceño y Rocket tocó el antebrazo de Nébula. Ambos intercambiaron miradas. Los guardianes se confundieron por la suavidad del aura entre ellos, una de amistad profunda y entendimiento.
–No fueron fáciles en lo absoluto —dijo Rocket finalmente y los miró—. Pero tranquilos. Fueron 5 años sin tener que lidiar con ustedes.
–También te extrañamos, amigo.
Mantis miraba con curiosidad genuina a Nébula. Estiró su mano dispuesta a tocar su hombro, pero ella agarró su muñeca con su mano de metal firmemente. La miró amenazante.
–No lo hagas.
–Lo siento... —susurró la chica y retiró su mano.
–Lo único bueno de todo esto es que Thanos ya no está vivo para seguir matando —habló finalmente Drax—. Su sacrifico valió la pena para que todos ganáramos.
Nébula desvió la mirada hacia lo lejos. Pepper estaba siendo abrazada por Rhodey, quien intentaba consolarla.
–No todos...
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Last Grief for a Last Breath
FanfictionYa lo sabía. El simple gesto de Strange y su expresión le gritaron lo que debía pasar para que ganaras en el juego final que el Titán loco los metió.