01: Conociendo a Hyunjin

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Salí del hospital en donde trabajo hasta las seis de la tarde antes de dirigirme a casa, en donde vivo con mi hermosa prometida Yeji.

Esta mañana estaba muy emocionada por la llegada de su hermano Hyunjin. Según tengo entendido, se acaba de graduar en Londres como fotógrafo profesional y viene a buscar trabajo aquí en California, así que se va a quedar una temporada con nosotros.

Es la primera vez que lo veo después de tres años de estar con su hermana y debo admitir que estoy nervioso. Es muy importante que le agrade porque ¿a qué novio no le gusta agradarle a la familia de su novia?

Compro las cervezas que había acordado llevar para la bienvenida y llego a casa. Bajo del auto y abro la puerta. No hay nadie en la sala. Dejo mis llaves y las cervezas en la cocina en donde tampoco hay rastro de nadie, lo que me parece raro, ya que se supone que Yeji y Hyunjin tendrían que estar aquí.

Subo las escaleras hacia las habitaciones e inspecciono la habitación que comparto con Yeji y tampoco encuentro ni un alma. Me quito la bata y salgo al pasillo, camino en dirección al baño en donde se escucha la regadera. Sonrío porque seguramente se trata de Yeji. Se escucha que se cierra la llave de la ducha y decido entrar para asustarla, pero cuando abro la puerta no hay rastro de la pelirroja de mi prometida. En su lugar, hay un rubio más pequeño que Yeji que me mira espantado, que está gritando... y que está desnudo.

— ¡Perdón, debí haber tocado! —digo alarmado mientras cierro la puerta y escucho sus gritos furiosos.

— ¡Eso deberías haber hecho! ¿Acaso tu madre no te enseñó a tocar? —dice del otro lado de la puerta. De verdad estoy apenado, consternado y sorprendido. Aquel hombre es hermoso y por un momento no puedo sacar la imagen de su cuerpo de mi mente.

La puerta se abre y lo veo con una bata azul con puntos blancos muy gruesa, sus ojos color miel me miran enojados y divertidos a la vez. Sus labios se curvan y me regalan una media sonrisa. El olor a shampoo y a fresas me impacta y me embriaga. Él me habla y salgo de mi ensueño

— Así que... cuñadito —se ríe demasiado divertido por la situación—. ¿Así es como sorprendes a mi hermana? —caigo en razón... Él es Hyunjin. No puedo estar pensando así de él.

Santo Hipócrates.

— ¿T-tú eres Hyunjin?

— Esta mañana lo era —dice él, sonriendo y riéndose de mi pregunta. No se parece en nada a Yeji—. Mucho gusto, soy Hwang Hyunjin pero dime Hyun, encantado de conocerte —dice mientras me tiende su mano para agitarla. La tomo y una corriente eléctrica me recorre entero.

— Soy Lee Minho, el gusto es mío —respondo un poco más calmado.

— Bueno, Minho, parece que esta es la manera formal de conocernos, no pienses que verme desnudo es suficiente presentación —comenta él y se pone colorado mientras lo dice. Yo me río inevitablemente—. Yeji fue por pasta y no tardará. Mejor voy a cambiarme, estoy todo mojado y hace frío —dijo antes de salir corriendo y dejarme ahí parado y estupefacto.

Escucho que la puerta se abre e inmediatamente decido olvidar mis pensamientos de hace un rato. Bajo las escaleras y veo a Yeji sonriendo mientras deja las compras en la cocina. Cuando me ve, su sonrisa se ensancha.

— Hola, amor —dice mientras se acerca a mí y me besa. La acerco más a mi cuerpo y enredo mis dedos en su cabello—. ¿Ya conociste a Hyunjin? —pregunta y los recuerdos de hace unos minutos vienen a mí... Sonrío.

— Sí, no es nada parecido a tí —comento sorprendido.

Yeji es pelirroja y alta, sus ojos son café oscuro. Es serena y seria. Cuando la conocí me costaba mucho trabajo sacarle una sonrisa. Hyunjin era rubio y pequeño. Sus ojos son color miel. Risueño, por lo que pude notar. Cuando lo conocí estaba desnudo.

— Mi mamá dice que es igual a la abuela, sobre todo en la personalidad. Dice que los dos eran igual de tercos, soñadores y risueños. Según ella soy la más seria de los dos —dice mientras me da otro pequeño beso—. ¿Me ayudas a preparar la cena?

Estamos sentados en la mesa teniendo una agradable cena con pasta y vino.

— Yeji, esto está delicioso. No puedo creer que lo hayas cocinado tú. Hace unos años incendiaste la cocina pero mírate ahora... Supongo que Minho tiene que ver con esto —comenta. Me mira y sonríe.

— Minho es un excelente chef —dice besando mi mejilla. Sonrío y la beso de vuelta.

— Ustedes dos son tan tiernos —dice Hyunjin sonriendo y suspirando—. ¿Cuándo es la boda?

— Todavía no tenemos nada planeado —respondo—. Esperamos que sea lo más pronto posible.

La conversación fue amena y divertida, sobre todo porque Hyunjin se reía mucho y siempre tenía tema de conversación. Hacía mucho tiempo que el silencio no predominaba en la cena. Con Yeji, siempre cenamos en silencio. No me malentiendan, no estoy comparándolos... Sólo que son tan diferentes que incluso me cuesta creer que sean hermanos.

"Pero lo son y te vas a casar con la mayor'' me dice mi subconsciente.

Los hechos me golpean. Hyunjin es mi cuñado y nada más. Aunque me sintiera atraído, que no es el caso... supongo, él está prohibido. Eso lo tengo muy en claro.

Todos estamos en nuestra respectiva habitación pero yo no puedo dormir. Doy vueltas en la cama sin poder cerrar los ojos.
Yeji está abrazada a mí.

Recuerdo que cuando la conocí su cabello fue lo primero que noté. Era largo y liso, brillaba mucho y olía a chocolate. Era y es como una estrella en mi vida. La amo y por eso me voy a casar con ella.

¿No?

Me rindo en mis intentos de poder dormir y decido bajar a la cocina por un vaso de agua. Me sorprendo al ver a Hyunjin sentado en la barra con una cerveza en la mano.

— ¿Tampoco puedes dormir? —pregunta mirándome.

— Supongo que no te gusta la leche caliente —bromeo señalando la cerveza.

— Te ayuda a dormir mejor que cualquier bebida caliente —sonríe. Me sirvo el vaso de agua y me siento a su lado—. La casa es muy bonita.

— Gracias, la decoración estuvo a cargo de Yeji.

— Lo sabía —murmura por lo bajo, dándole un sorbo a su Dos Equis.

— No entiendo a qué te refieres.

— Es bonito pero es todo muy serio y sin vida. Deberían poner un poco de plantas o flores... Se verían preciosas. ¿Te gustan las flores?

— Sí, mucho —contesto, viendo hacia el techo—. Pero casi siempre me la paso en el hospital y no me da tiempo de cuidarlas. A Yeji no le gustan.

— Es una lástima... deberías comprar algunas ahora que me quedaré aquí un tiempo. Puedo cuidar de ellas si ustedes dos están ocupados —se baja de la barra y tira la botella en la basura—. Buenas noches, Minho.

—Buenas noches, Hyun.

Prohibido 𖤘 HyunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora