Mi lugar en el mundo (38...)

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Nos metemos en nuestro ascensor sin separar nuestras bocas, palpo algunos botones y presiono el de la planta de N.
Mi novio tiene sus manos apoyadas en mi cintura para presionarme contra él mientras yo me aferro a él como si me fuera a la vida en ello, llegamos a trompicones hasta la habitación y N me precipita contra la cama.
El momento va a suceder después de tantos meses N y yo nos vamos a unir en nuestro infinito más profundo, mientras mi chico se quita la camiseta del pijama yo me quito también la ropa.
Una vez los dos en ropa interior nos volvemos a fundir en besos y caricias, noto las manos de N por cada rincón de mi piel y mis labios se apoderan de su cuello.
Noto ya su ereccion entre mis piernas acompañado del calor que se instala dentro de mi, fundimos nuestras miradas y asiento con la cabeza respondiendo a la pregunta que me lanzan sus ojos.
Al principio N marca un ritmo lento lo prefiero se que mi novio está débil pero de repente este ritmo se acelera haciendo que varios gemidos se escapen de mi boca cuando estoy apunto de llegar N se apodera de mis labios conteniendo un gemido, terminamos los dos al mismo tiempo y os puedo jurar que después de probarlo por completo se que no podré estar sin él ya somos un infinito completo.
N:te quiero ojos verdes
Yo:te quiero N
Nos fundimos en otro beso y N se baja de mi y se recuesta a mi lado en la pequeña cama de hospital, todo podría ser tan diferente ya sabéis haberlo hecho en mi habitación un día después de una cita pero la verdad es que no lo cambiaría por nada.
Esta es nuestra realidad y es la que quiero, no soy como él jamás lo he sido estaré con Noah hasta que la vida me lo arrebate.
Estamos acostados cuando Sabina llama a la puerta para traerle la comida a Noah, los dos nos levantamos de la cama corriendo buscando nuestra ropa, nos vestimos lo más rápido que podemos cuando N le indica que pase Sabina tiene una mueca triste en sus labios.
Le sirve la bandeja sin articular palabra cosa extraña en ella ya que suele ser muy habladora, cuando se va yo me siento en el sillón y me recojo la alborotada melena en un moño, veo una prenda familiar en los pies de la cama de N, me llevo las manos a los pechos y me doy cuenta de que no llevo puesto el sujetador de ahí a tenido que venir la mueca de Sabina.
Empiezo a reírme a carcajada limpia sin saber muy bien porque creo la felicidad quiere salir por algún lado, mi novio sigue mi mirada y ve el sujetador, poco después se une a mi risa.
¿Es extraño si digo que hasta nuestras risas quedan bien juntas?
Como impulso mi cuerpo vuelve a ir en su búsqueda y me acurruco contra él, siento que este es mi lugar en el mundo......

Un infinito juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora