El cementerio

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-Así matamos dos pájaros de un tiro

Y sin darme apenas tiempo a rebatir su decisión llegamos a la cocina y le preguntó a Bill y Fleur que si les parecía bien que su hija me acompañara al cementerio, a lo que ellos contestaron que lo que ella quisiera, que no pondrían pegas.

-Por supuesto Teddy, lo que necesites ya lo sabes -dijo ella acercándose a mi con esa sonrisa en la que últimamente siempre me perdía y me pasó la mano por la espalda en símbolo de apoyo. Yo le sonreí una sonrías que dio mucho que desear pero ¿que se podía esperar en esos momentos?

-Genial entonces, Vic ¿crees que soportaras una aparición?

Vic miró a sus padres por un momento, ya se había aparecido con su padre alguna que otra vez y tampoco le parecía la cosa más agradable del mundo pero en aquel momento estaba dispuesta a hacerlo así que asintió y me cogió la mano para que me apareciera. Yo me puse algo nervioso, pero intenté ocultarlo y asentí levemente a Harry, el cual me guiñó el ojo algo divertido antes de aparecernos.

Nos aparecimos en el cementerio, era frío y oscuro dado que ya había empezado a oscurecer y, sin lugar a dudas, era un lugar deprimente y plagado de sentimientos. Miré a Victoire, estaba blanca y se balanceaba levemente por el mareo.

-¿Estas bien? -le pregunté preocupado por su estado. Ella asintió y me apretó la mano sin dejar de cogérmela, forzando una sonrisa y empezando a caminar hacia la tumba de mis padres.

Llegamos al lugar y yo me agaché quedando de rodillas sombre la fría tierra y puse ambas manos sobre la piedra donde esta escrito el nombre de mis progenitores. Susurré un pequeño "hola" casi imperceptible, tampoco hacia falta que se oyera mucho ya que iba destinado a unas personas que según Harry estaban en mi interior así que mientras yo lo oyera ya bastaba. Cogí la fotografía de mi bolsillo y la dejé entre ambas tumbas notando como de nuevo las lágrimas volvían a empapar mis mejillas, eran lágrimas silenciosas, lágrimas que no me molestaban.

-Quedarosla vosotros, para que no me olvidéis -sabía que era imposible que me olvidarán, era su hijo y habían dado la vida por mi así que lo que había dicho no tenía mucho sentido, pero para mi si, para mi era importante que tuvieran esa imagen, metafóricamente.

Vi como la mano de Vic se acercaba a la fotografía sujetando la varita y noté como posaba la otra mano en mi espalda en símbolo de cariño. Con la varita dibujó un círculo y al rededor de la imagen apareció un círculo con flores azules. Se guardó la varita y me dio un beso en la mejilla que hizo que una pequeña sonrisa se volviera a dibujar en mi cara. Cogí su mano ahora libre y la miré agradecido por su compañía.

-Gracias -dije mirándola a los ojos antes de volver la vista a las tumbas. Victoire asintió una vez como diciendo que no había porque darlas y se levantó lentamente. Se empezó a ir hacia atrás para dejarme intimidad y fue unas tumbas más atrás, donde estaba la de su tío Fred Weasley, otra víctima de la guerra.

-Me gustaría que estuvieseis aquí, tengo muchas cosas que contaros y a veces necesito vuestro consejo. Pero tranquilos, se que no puede ser y me siento orgulloso de el porque. -sonreí levemente y dirigí mi mirada está vez a mi madre- Mamá, me gustaría saber de primera mano como conseguiste que papá estuviera contigo, consejos... ¿Porqué esto es tan difícil? -le pregunté refiriéndome a Vic, la cual miré un momento girandome y la vi haciendo lo mismo que con la tumba de mis padres- No le he dicho nada pero es mi mejor amiga y yo soy dos años mayor, sería raro y no quiero perder nuestra amistad, mejor lo dejo pasar, ella me ve como un amigo. Supongo que todo esto lo podremos hablar algún día, algún día nos vamos a encontrar, mientras recordad que os quiero -dije volviendo a acariciar sus tumbas. Lo que yo no sabía era que en ese momento los tenía detrás, bueno más que a ellos una especie de fantasmas que Vic vio. Se agacharon poniéndose a mi lado y yo sentí una especie de calor extraño, ¿era aquello un abrazo? ¿De que? No lo entendí, no sabía lo que estaba pasando hasta que oí un pequeño susurro en mi oído de una voz femenina- Nosotros también te queremos -dijo la voz que hizo que me quedara totalmente blanco y sin poder creer lo que sucedía. Sentí un nuevo susurro en el otro oído, esta vez una voz masculina- Nunca te olvidaremos, y cuéntaselo

¿Qué se lo contara? ¿Mi padre me estaba dando un consejo? Aquello superaba por completo todas las cosas relativamente extrañas que me habían pasado hasta ahora. Bajé la cabeza volviendo a llorar aunque realmente no sabía si era de felicidad, de tristeza, de emoción o de anhelo. Pero me daba igual, la cuestión es que habían estado ahí.

Aquel repentino calor desapareció de repente dándome a entender que aquel momento tan mágico ya se había acabado, aunque no tardé mucho en volver a notar la mano de Vic en mi hombro.

-Eran ellos -dije con la voz cortada aunque pudiendose notar cierta felicidad en esta y me levanté del suelo lentamente-

-Lo se -dijo ella que por un momento había compartido mi emoción, ella los había visto, había sido testigo de aquel momento.

Soy Edward Remus Lupin TonksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora