A un paso del final y del principio

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Estás atenta,
a lo que pueda pasar.

Estás aprovechando, todos los minutos.

Estás levantándote con ánimo.

No te rindes, nunca lo haces.

A veces decaes de la tensión pero siempre te levantas con ganas de saber más que los libros.

Llega la hora y te los fundes. Todos. Todos los temas. Porque puedes hacerlo.

Acabas de materia y pasas a la siguiente.

Pasas a la asignatura que más te cuesta. Y fallas. Fallas cinco veces seguidas. Pero te mantienes. Te desesperas pero buscas una solución.

Te retas. Te pones ejercicios difíciles para acabar haciéndolos bien. Sonríes y se lo cuentas a tu madre lo bien que te han salido.

Te da un bajón de cansancio. Te entristeces porque no te animan lo que querrías y no te entienden como te gustaría.

Te acuestas triste por todo lo que te queda aún por hacer sintiendo el peso de cada tema, de cada materia.

Lo único que te alegra es que al día siguiente verás a tus amigos sufriendo contigo, sufriendo juntos. 

Y te vuelves a levantar, al día siguiente, alerta, a todo lo que pueda pasar, a todo lo que tienes que saber.

Alerta, porque si bajas la guardia te rindes.

Y si te rindes, no hay nada.

Si te rindes no hay salida, no hay futuro que valga.

TexpresandomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora