capítulo 1:"¿quién boto a Marilyn?".

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-vete, y nunca vuelvas perra-dijo el desgraciado, desde la ventana del edificio en donde Vivíamos.

Y tiene el descaro de llamarme "perra", maldito hijo de su madre-pensé

Lo mire por última vez tome mi maleta casi vacía de no ser por la cámara polaroid única herencia que me dejaron mis padres.

Camino lentamente con vergüenza mientras todos los que pasan me miran con lastima.

Ojala todo fuera un sueño.

Flashback (2 horas antes) :

Estoy sola en la casa ordenando el desorden que dejo la noche anterior Eric después de que llego ebrio.

"Lo amo a pesar de todo"-empiezo a repetir en mi cabeza como un mantra.

Para olvidar los horrores que él me hace pasar.

Estoy preocupada, perdí mi trabajo esta tarde, soy un fracaso, lo peor es que no tengo idea de cómo le diré esto a Eric él ni siquiera tiene un empleo.

Él llega más agresivo de lo común, da un fuerte portazo me agarra del brazo y me lleva a la habitación.

-quiero que te vayas de aquí, maldita puta, tengo una novia y la traeré a vivir conmigo.

Sorpresa es una palabra obsoleta para lo que yo sentí en ese momento.

-pero...Eric... Nosotros......tú...Yo-tartamudeo

Me miro con odio y supe que todo había acabado quizás nunca empezó porque en sus ojos se veía que él nunca me quiso y que solo me utilizo para que le limpiara la casa. Todos estos años perdidos, deje la universidad para hacer una "familia "con el.

Fin del flashback.

Camino desanimada por las calles de nueva york, no tengo dinero ni mucho menos donde dormir. Lo único que tengo es mi... tendré que vender mi cámara para poder pasar la noche en un motel.

Veo pasar a las personas y me pregunto si ellos alguna vez han tenido tanta mala suerte como yo o nacieron siendo unos ganadores.

Entro en una tienda de empeños, la empleada me mira con cara de asco. Debo tener un aspecto horrible, él ni siquiera dejo que me llevara mis pocas prendas prácticamente me echo de una patada.

Sé que estoy hecha un asco, llevo unos jeans rasgados y no precisamente por estilo, debo parecer indigente.

Mientras la vendedora "evalúa" mi cámara, me pongo a pensar en lo increíblemente tonta que fui, en los años que perdí con el idiota de Eric, pienso en el futuro que pude haber tenido si no hubiera abandonado la universidad, la vendedora me saca de mi monologo interno.

-son 15 dólares por tu cámara-dijo sin animo.

-pero, pensé que valía más es muy antigua-explique.

Me miro con fastidio, me di vuelta con mis 15 dólares en el bolsillo y Salí de la tienda.

Con esto apenas me alcanza para pasar la noche en un motel.me siento en el pavimento, siento que voy a explotar en cualquier momento no tengo ni idea de lo que voy a hacer. Mi estómago gruñe, me estoy desesperando, mis manos sudan y siento como mis mejillas arden, empiezo a hiperventilar.

El mundo empieza a girar a una velocidad en la que en cualquier momento voy a vomitare, estoy a punto de echar afuera mis entrañas cuando se me ocurre la solución a mis problemas.

Me paro y con emoción empiezo a gritar como loca.

-¡ME VOY A LOS ANGELES!-grite.

Me doy cuenta de que no tengo ropa y no puedo ir a buscar a mi hermano así de indecente, es que bueno ella es abogada y muy pretenciosa es la única de la familia que tuvo éxito.

Me paro rápidamente y corro hacia una tienda de ropa usada, elijo la ropa más decente que encontré, una falda larga y una blusa me veo como una anciana.

Me dirijo hacia la estación de buses y compro mi boleto.

-¿hacia dónde se dirige, ancianita?-pregunto amablemente el vendedor.

Lo mire con indignación.

-señorita, para usted-le replique

-claro, señorita

-voy a los ángeles -dije

Me miro sorprendido.

-Por ser una persona discapacitada, le cobrare 5 dólares

Discapacitada, mi trasero. De algo que sirva parecer una pasa añeja.

Tome el boleto y subí al bus tome asiento y me quede dormida con la maleta como almohada.

Desperté sobresaltada y limpie rápidamente la saliva que chorreaba por mi cara.

-señora, ya casi llegamos, tenga cuidado aquí podrían robarle hasta el alma.

Otro imbécil que cree que soy una vieja .tome mi maleta y espere mi turno para bajar. Ya en tierra respire hondo y llenandome de esperanzas.

-solo queda enfrentar a mi hermana- me dije asustada.

Me pareció muy hermosa la ciudad al recorrer sus calles, iba distraída observando con curiosidad.

-arriba las manos, vieja, y deme su maleta si quiere seguir viviendo-me dijo apuntándome con un cuchillo.

El tipo parecía rudo, "¿porque todos piensan que soy vieja?"-pensé.

Ya me canse, nadie nunca va a volver a pasarme a llevar.

-mira imbécil no soy vieja ni mucho menos débil-grite indignada

Lo golpee bien duro con la maleta. Arme un gran escándalo, la calle parecía un ring de boxeo y yo iba ganando.

Una mujer alta y de traje caro vino a detenerme.

-suéltame...

La mire y abrí los ojos como platos.

-¿hermana, eres tú?

las puertas del paraísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora