cuatro; bromas y piropos

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Finalmente era martes y Ashton sonrió mientras miraba el calendario. Todavía está pensando en hablar con Robyn.

Después de lo que dijo Calum, Ashton se sentía un poco extraño sobre Robyn. Nunca entendió lo que dijo Calum y no quería entenderlo. No quería cambiar de opinión acerca de ella y nada lo iba a parar de hablar con ella.

Ashton no quería asustar a la chica, parecía tan frágil.

Luego se dio cuenta de la puerta abriéndose, haciéndolo sonreír.

Su sonrisa se hizo más amplia cuando se dio cuenta de que la mujer no estaba allí y solo era Robyn. Pero seguía esposada. Si iba a hablar con ella no tenía que sacar el tema de las esposas. Incluso si había estado muriendo por saber porqué siempre les tenía alrededor de sus muñecas.

Robyn instantáneamente corrió hacia los libros, tratando de llegar a uno. Gimió porque le resultaba difícil.

Ashton suspiró antes de caminar hacia ella con una pequeña sonrisa en su rostro.

―Deja que te ayude con eso ―habló, agarrando el libro de la estantería y dándoselo.

Ella sonrió, murmurando un "gracias" antes de caminar hacia otro estante, pero Ashton simplemente la siguió.

―Así que, um, ¿cómo estás? ―era todo lo que se le ocurría. Mentalmente se golpeó. Se metió las manos en los bolsillos sin dejar de seguirla.

―Estoy bien. ¿Qué hay de ti? ―respondió, mirándolo. Robyn siempre pensó que cuando hablas con alguien tienes que mirarlo. De lo contrario sería grosero y se vería que no estás prestando atención.

―Es bueno escuchar eso. Que estás bien, eso es genial. Y uh, estoy bien.

Continuaron hablando y Robyn a veces se reía de las malas bromas y piropos de Ashton.

Se sentía bien por Robyn. Por un tiempo ella no había hablado con una persona que no fuera su madre.

Su madre, básicamente, le prohibió socializar porque cada vez que Robyn hacía un amigo de repente lo terminaba perdiendo.

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impulse control disorder ☹ a.i. (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora