Cuidare de ti...

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Te he buscado...

Tanto tiempo, tanta desesperación y dolor.

No sabes como he sufrido desde que desapareciste.

Un día me mandas un mensaje de que quieres cenar conmigo, y esa misma noche me dejas plantado.

Jamás lo habías hecho, ni cuando estabas en el ejército.

Podías estar sumamente cansado, e incluso herido, pero siempre volvías a mí.

Incluso si solo estábamos en alguno de nuestro departamento.

Pasábamos horas viendo televisión, nos bañábamos juntos, dormíamos en el sofá o la cama.

Porque a pesar de lo diferente que somos, solo nos teníamos uno y al otro.

Pero esa noche fue diferente.

Diez minutos me llamo la atención, una hora me molesto, pero luego de tres horas...

Llame a tu trabajo, a la policía y a todos tus conocidos.

Fue cuando hablé con el tal Blaire que supe lo que había pasado.

Dijeron que tu saliste del trabajo, y que fuiste directo a tu casa.

Yo pedí tomar tus cosas, paso un mes antes que me dejaran hacerlo.

Cuando encontré a Little pig, supe que te habían hecho algo.

Ese peluche que te regale, porque me recordaba a ti.

Estaba roto, sucio y tirado en el suelo.

Supe que te habían hecho algo, pero no podía hacer nada.

Agradeció a Blaire y me marche como si nada.

Le suplique que me llamara si sabía algo.

Luego de un año, y gracias a un contacto dentro de Mount Massive, supe de nuevo de ti.

Waylon Park, logro mandarme un correo, y yo de inmediato me subí a mi coche para ir por ti.

Si te soy sincero fui un idiota descuidado, debí tomar tu pistola o al menos un bate, pero no...

Una cámara y una copia del mensaje.

Que esperaba lograr con eso.

Y si los guardias me detenían, o si alguien me atacaba.

Tu siempre me decías que debía estar preparado para todo, y yo hice justo lo contrario.

Aun así, eso no me detendría, voy a entrar a este maldito edificio, y te sacare sin importar cuanto tiempo me tarde.

Me sorprendí que no hubiera guardia en la puerta, tampoco vigilancia a los alrededores o persona alguna.

Lo normal en cualquier trabajo era que hubiera trabajadores, al menos uno fumando o asomándose por las ventanas.

Pero esta era un lugar muerto, ni las aves o los animales se escuchaban.

La puerta estaba cerrada, y la única posibilidad de entrada era una ventana, a la cual pudo acceder por un andamio.

Cuando entro agradeció tener la cámara, pues la luz se apagó de golpe y el quedo completamente a oscuras.

Pero eso no me impediría explorar este lugar.

No tarde mucho en lograr localizarte, te reconocería aun de espaldas y con todos los nervios que sentía, pero eras tú...mi Chris.

Corrí a buscarte, pero solo me encontré con la cruda sorpresa de ver aquel cuerpo colgando...

Te he buscadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora